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1 Reyes 21:4 - Biblia Lenguaje Básico

4 Entonces Ajab se fue a su palacio malhumorado y triste. Después se acostó en su cama mirando a la pared y no quiso comer.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Y vino Acab a su casa triste y enojado, por la palabra que Nabot de Jezreel le había respondido, diciendo: No te daré la heredad de mis padres. Y se acostó en su cama, y volvió su rostro, y no comió.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Entonces Acab regresó a su casa enojado y de mal humor por la respuesta de Nabot, y se acostó de cara a la pared y no quiso comer.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Ajab volvió a su casa descorazonado y muy enojado por esa respuesta de Nabot de Jezrael: 'No cederé la herencia de mis padres'. Se acostó en su cama, volvió la cara para la pared y no quería comer.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y Acab se fue a su casa decaído y enfadado a causa de las palabras que le había hablado Nabot jezreelita, pues él le había dicho: ¡No te daré la heredad de mis padres! Y se acostó en su cama, volvió su rostro y no quiso comer pan.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Ajab entró en su casa triste e irritado por la respuesta que le había dado Nabot de Yizreel, al decirle: 'No te entregaré la heredad de mis padres'. Se acostó en su lecho, volvió el rostro hacia la pared y no quiso comer.

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1 Reyes 21:4
21 Referans Kwoze  

Tamar era todavía muy joven y virgen. Amnón no encontraba la manera de estar a solas con ella. Eso lo angustiaba tanto que hasta se deprimió.


Un día, Jonadab le dijo a Amnón: —Dime, si eres el hijo del rey, ¿por qué cada día te noto más decaído? ¿No me vas a contar lo que te pasa? Amnón le contestó: —Es que estoy enamorado de Tamar, la hermana de Absalón, que es a la vez mi media hermana.


Entonces el rey de Israel se fue a Samaría y se encerró en su palacio furioso y de mal humor.


En la ciudad de Jezrael, vivía un hombre llamado Nabot. Allí tenía una viña al lado del palacio de Ajab, rey de Samaría.


Pero Nabot le contestó: —¡Dios me libre de darte lo que mis padres me dejaron en herencia al morir!


Su mujer Jezabel fue a verlo y le preguntó: —¿Por qué estás tan triste y no quieres comer?


Pero todos estos honores se quedan en nada cuando veo a ese judío Mardoqueo sentado a la entrada del palacio.


Solo los tontos y necios se mueren de celos y envidia.


Por eso, «más vale contentarse con lo que uno ve que desear lo imposible». Aunque tampoco esto tiene sentido, porque es como querer atrapar el viento.


Jonás se disgustó muchísimo al ver que Dios perdonó a la gente de Nínive.


Dios le preguntó a Jonás: —¿Qué razón tienes para sentirte tan molesto?


Entonces Dios mandó un viento tan caliente sobre la cabeza de Jonás que, a punto de desmayarse, deseó la muerte y gritó: —¡Prefiero morir a seguir viviendo!


Entonces Dios le preguntó a Jonás: —¿Crees que es justo que te enfades tanto porque la planta se haya secado? —Por supuesto que sí —respondió Jonás—. Sin ella, prefiero morirme.


ni deis al diablo oportunidad de tentaros.


Al contrario, cuando somos tentados, son nuestros propios deseos los que nos arrastran y dominan.


Saúl no quería comer nada, pero tanto sus servidores como la mujer le insistieron tanto que se levantó del suelo y se sentó a la mesa.


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