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1 Reyes 11:4 - Biblia Lenguaje Básico

4-8 Cuando Salomón llegó a viejo, esas mujeres lo apartaron de Dios y lo hicieron adorar a otros dioses. Salomón adoró a la diosa de los sidonios llamada Astarté, y en la montaña que hay frente a Jerusalén construyó un santuario en honor de Quemós, que era el dios de Moab, y en honor de Milcón, que era el dios de los amonitas. También edificó lugares para que sus mujeres ofrecieran sacrificios de animales a sus dioses y quemaran incienso. Salomón, pues, no obedeció a Dios y no se comportó con él tan fielmente como lo había hecho David, su padre.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Cuando Salomón ya era anciano, ellas le desviaron el corazón para que rindiera culto a otros dioses en lugar de ser totalmente fiel al Señor su Dios, como lo había sido David su padre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Cuando Salomón fue de edad, sus mujeres arrastraron su corazón tras otros dioses; ya no fue totalmente de Yavé Dios como lo había sido su padre David.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 pues cuando Salomón era ya anciano, sucedió que sus mujeres hicieron desviar su corazón hacia otros dioses, y ya no estuvo su corazón sumiso a la voluntad de YHVH su Dios, como el corazón de David su padre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Efectivamente, en la vejez de Salomón, sus mujeres inclinaron su corazón tras otros dioses, y su corazón no era ya todo entero para Yahveh, su Dios, como lo había sido el corazón de su padre David.

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1 Reyes 11:4
26 Referans Kwoze  

Porque Salomón me ha abandonado y ha adorado a la diosa de los sidonios llamada Astarté, al dios de Moab llamado Quemós, y al dios de los amonitas, cuyo nombre es Milcón. Y es que Salomón no ha hecho lo que me agrada ni ha obedecido mis mandamientos, como sí lo hizo su padre David.


Si me eres fiel y obedeces todos mis mandamientos como lo hizo David, mi fiel servidor, yo te ayudaré en todo, haré que tus descendientes conserven el trono real, como he prometido a David, y te entregaré a Israel.


Por eso Dios se enfadó con Salomón, pues aunque se le había aparecido dos veces y le había ordenado que no adorara a otros dioses, Salomón se alejó del Dios de Israel y no le quiso hacer caso.


Roboán, hijo de Salomón, fue el rey de Judá. Tenía cuarenta y un años cuando comenzó a gobernar. La capital de su reino fue Jerusalén, y su reinado duró diecisiete años. Jerusalén fue el lugar que Dios había elegido para que lo adoraran. La madre de Roboán era amonita y se llamaba Naamá.


pero no quitó los santuarios locales levantados en las colinas. A pesar de ello, Asá fue fiel a Dios durante toda su vida.


Abías cometió los mismos pecados que había cometido su padre. No le fue fiel a Dios como lo había sido su bisabuelo David.


Salomón amaba a Dios y seguía las instrucciones que le había dado su padre David. Sin embargo, también él ofrecía sacrificios y quemaba incienso en los santuarios de las colinas.


En el cuarto año de su reinado en Israel, Salomón comenzó a construir el Templo de Dios. Esto sucedió en el mes de Ziv, cuando habían pasado cuatrocientos ochenta años desde que los israelitas habían salido de Egipto.


Y que todos vosotros, israelitas, os pongáis al servicio de nuestro Dios, obedeciendo sus mandamientos y sus leyes, como lo estáis haciendo hoy.


Salomón tardó veinte años en construir el Templo de Dios y su palacio. Para edificarlos, Jirán, el rey de Tiro, le dio a Salomón toda la madera de cedro y de pino, y todo el oro que quiso. En total, le dio tres mil novecientos sesenta kilos de oro. Por eso, cuando terminó la construcción, Salomón entregó a Jirán veinte ciudades de la región de Galilea. Pero cuando Jirán fue a ver las ciudades que Salomón le había dado, no le gustaron. Así que le dijo: —Yo pensé que eras mi amigo. Estas ciudades que me diste no valen nada. Por eso las llamó «Tierra de Kabul» —es decir, «tierra de nada»—, y ese es el nombre que tiene hasta el momento presente.


En cuanto a ti, Salomón, si te comportas bien y me obedeces en todo, como lo hizo tu padre David, cumpliré la promesa que le hice de mantener por siempre un descendiente suyo en el trono de Israel.


—Dios mío, no te olvides de que yo siempre he sido leal contigo y he procurado agradarte en todo. Luego Ezequías rompió a llorar lleno de tristeza.


—Salomón, hijo mío, reconoce que el Dios de tu padre es el verdadero Dios y sírvelo con todo tu corazón y de buena gana. Porque Dios conoce las intenciones de todos y penetra los pensamientos más íntimos. Si lo buscas, él se dejará encontrar; pero si lo abandonas, él te rechazará para siempre.


Te pido que des a mi hijo Salomón el profundo deseo de obedecer y poner en práctica todos tus mandamientos; también te pido que le permitas construir el Templo con estos materiales que yo he preparado».


Amasías se comportó bien ante Dios, aunque no lo hizo con plena lealtad.


Josías se comportó bien ante Dios, pues siguió fielmente el ejemplo de su antepasado David.


No tendrás otros dioses aparte de mí.


Tampoco deberá tener muchas mujeres, porque ellas podrían llevarlo a desobedecer a Dios. Por último, ese rey tampoco deberá acumular gran cantidad de oro o de plata.


Por causa de esa gente, vuestros hijos e hijas adorarán a otros dioses y dejarán de servir a nuestro Dios. Y si eso llegara a suceder, Dios se enfadaría muchísimo con vosotros y en un instante os destruiría.


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