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1 Reyes 10:10 - Biblia Lenguaje Básico

10-12 Después, la reina de Sabá regaló a Salomón tres mil novecientos sesenta kilos de oro, y gran cantidad de perfumes y piedras preciosas. Además, en los barcos de Jirán, que habían traído desde Ofir el oro para Salomón, trajeron también gran cantidad de madera de sándalo y piedras preciosas. Con esa madera el rey hizo barandas para el Templo de Dios y para el palacio real, así como arpas y liras para los músicos. Nunca antes se había visto tanto perfume y tanta madera de sándalo en Israel.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 Y dio ella al rey ciento veinte talentos de oro, y mucha especiería, y piedras preciosas; nunca vino tan gran cantidad de especias, como la reina de Sabá dio al rey Salomón.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Luego le regaló al rey cuatro mil kilos de oro, grandes cantidades de especias y de piedras preciosas. Nunca más entraron en el reino tantas especias como las que la reina de Saba le regaló al rey Salomón.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Ella regaló al rey ciento veinte talentos de oro, perfumes en gran cantidad y piedras preciosas; nunca se había visto llegar una tal cantidad de perfumes como la que la reina de Saba obsequió al rey Salomón.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Y ella dio al rey ciento veinte talentos de oro, y gran cantidad de especias aromáticas y piedras preciosas. Nunca más llegó tanta abundancia de especias aromáticas como las que la reina de Sabá trajo al rey Salomón.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Luego entregó al rey ciento veinte talentos de oro y gran cantidad de perfumes y de piedras preciosas. Nunca llegó tanta cantidad de perfumes al rey Salomón como la que le regaló la reina de Sabá.

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1 Reyes 10:10
12 Referans Kwoze  

Ante esto, su padre les dijo: —Pues si no hay otra solución, tomad a vuestro hermano y volved con él adonde está ese hombre. Pero haced lo siguiente: Llenad vuestros sacos con los mejores productos de nuestro país para regalárselos. Llevadle bálsamo, un poco de miel, algunas especias, y mirra, pistachos y almendras. Llevad también doble cantidad de dinero, pues tenéis que entregar el que os devolvieron en vuestros sacos. Tal vez lo pusieron allí por error.


Llegó a Jerusalén acompañada de sus consejeros y con camellos cargados de perfumes y de gran cantidad de oro y piedras preciosas. Cuando se encontró con Salomón, le hizo todas las preguntas que había preparado.


Dios mío, demuéstranos tu poder, el poder con que nos has ayudado.


¡Que le paguen impuestos los reyes de Tarsis y los más lejanos países; que le traigan regalos los reyes de Arabia y Etiopía.


Que viva el rey y que le traigan oro abundante de Sabá. Que siempre se ore por él y que a todas horas se le bendiga.


Dios dijo a Moisés: —El incienso que se quemará en mi honor debe mantenerse puro y exclusivamente dedicado a mi servicio. En su preparación usarás incienso puro y otras sustancias aromáticas. Este perfume debe prepararse mezclando bien los ingredientes en cantidades iguales, y moliendo muy fino la mezcla. En cuanto el perfume esté listo, irás a la Tienda del encuentro, el lugar donde yo me encontraré contigo, y pondrás parte del incienso sobre el Arca del pacto. Este es un incienso sagrado, exclusivamente para mi servicio, y debéis considerarlo así. Nadie debe preparar otro incienso igual para su propio uso


Podrá haber mucho oro, y muchas piedras preciosas, pero nada hay más valioso que hablar con sabiduría.


Junté montones de oro y plata, y me quedé con las riquezas de otros reyes y de otras naciones. Tuve a mi servicio hombres y mujeres que cantaban para mí, disfruté de toda clase de placeres humanos y tuve muchas mujeres a mi disposición.


Cuando entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y se arrodillaron para adorarlo. Abrieron los tesoros y le regalaron al niño oro, incienso y mirra.


Bajaba rodeada del resplandor de la gloria de Dios y su brillo era como el de una piedra preciosa, como el de un diamante, transparente como el cristal.


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