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1 Reyes 1:40 - Biblia Lenguaje Básico

40 Después de esto, todos marcharon detrás de Salomón, tocando flautas. Estaban tan contentos que parecía que la tierra iba a abrirse a causa del griterío.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

40 Después subió todo el pueblo en pos de él, y cantaba la gente con flautas, y hacían grandes alegrías, que parecía que la tierra se hundía con el clamor de ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

40 Toda la multitud siguió a Salomón hasta Jerusalén, tocando flautas y gritando de alegría. La celebración estaba tan alegre y estruendosa que el sonido hacía temblar la tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

40 Luego subió todo el pueblo tras él; la gente tocaba la flauta y daba muestras de una gran alegría; la tierra temblaba con el bullicio que hacían.

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La Biblia Textual 3a Edicion

40 Y todo el pueblo subió tras él, y el pueblo tocaba flautas y se regocijaba con tal regocijo, que parecía que la tierra se hundía con el clamor de ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

40 Subió luego todo el pueblo detrás de él. La gente tocaba las flautas y hacía tal estruendo que la tierra parecía venirse abajo con su griterío.

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1 Reyes 1:40
13 Referans Kwoze  

Allí, el sacerdote Sadoc tomó el recipiente de aceite que estaba en el santuario, y derramó el aceite sobre la cabeza de Salomón para nombrarlo rey. Luego sonaron las trompetas y toda la gente gritó: —¡Viva el rey Salomón!


Adonías y todos sus invitados ya habían acabado de comer cuando escucharon el griterío. Joab oyó también el sonido de la trompeta, y dijo: —¿Por qué habrá tanto alboroto en la ciudad?


y el sacerdote Sadoc y el profeta Natán han derramado aceite sobre la cabeza de Salomón para nombrarlo rey. Esto ha ocurrido en Guijón, de donde han regresado muy contentos. Así que toda la ciudad está muy alborotada, y por eso se escucha tanto griterío.


Allí vio a Joás de pie, al lado de la columna del Templo, como era la costumbre al nombrarse un rey. Junto a él estaban los capitanes y los músicos; la gente, llena de alegría, tocaba las trompetas. Entonces Atalía rasgó sus vestidos y gritó: —¡Traición! ¡Traición!


y todo el pueblo hizo fiesta. Después que Atalía murió atravesada por la espada en el palacio real, la ciudad vivió tranquila.


¡Dios es rey! ¡Que lo celebre la tierra! ¡Que se alegren las islas lejanas!


¡Alégrate, ciudad de Jerusalén, salta de júbilo, monte de Sion! Porque tu rey viene hacia ti, montado sobre un burro, sobre un asno, hijo de asna. Es humilde, pero justo, y viene como vencedor.


Cuando ya descendían por la ladera del monte de los Olivos, todos los seguidores de Jesús se alegraron mucho. Todos gritaban, alabando a Dios por los milagros que Jesús había hecho, y que ellos habían visto.


Fueron todos a Guilgal y allí, en presencia de Dios, proclamaron rey a Saúl, presentando a Dios ofrendas de paz y celebrando una gran fiesta.


Cuando el Arca del pacto llegó al campamento israelita, todo el pueblo gritó tan fuerte que hasta la tierra tembló.


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