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1 Reyes 1:39 - Biblia Lenguaje Básico

39 Allí, el sacerdote Sadoc tomó el recipiente de aceite que estaba en el santuario, y derramó el aceite sobre la cabeza de Salomón para nombrarlo rey. Luego sonaron las trompetas y toda la gente gritó: —¡Viva el rey Salomón!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

39 Y tomando el sacerdote Sadoc el cuerno del aceite del tabernáculo, ungió a Salomón; y tocaron trompeta, y dijo todo el pueblo: ¡Viva el rey Salomón!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

39 Allí el sacerdote Sadoc tomó de la carpa sagrada el frasco de aceite de oliva, y ungió a Salomón con el aceite. Luego hicieron sonar el cuerno de carnero, y toda la gente gritó: «¡Que viva el rey Salomón!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

39 El sacerdote Sadoc tomó el cuerno de aceite de la Tienda y consagró a Salomón, al toque del cuerno, mientras todo el pueblo exclamaba: '¡Viva el rey Salomón!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

39 Entonces el sacerdote Sadoc tomó el cuerno de aceite del Tabernáculo y ungió a Salomón, y dieron soplido al shofar, y todo el pueblo exclamó: ¡Viva el rey Salomón!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

39 El sacerdote Sadoc había tomado de la tienda el cuerno de aceite y ungió a Salomón. Sonaron las trompetas, y todo el pueblo gritó: '¡Viva el rey Salomón!'.

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1 Reyes 1:39
16 Referans Kwoze  

Porque él está celebrando una fiesta: ha matado toros, terneros y muchas ovejas, y ha invitado a los hijos del rey, al general Joab y al sacerdote Abiatar. Ahora mismo, mientras comen y beben, no cesan de gritar: «¡Viva el rey Adonías!».


El sacerdote Sadoc y el profeta Natán deben derramar aceite sobre la cabeza de Salomón para nombrarlo rey de Israel. Después, tocad la trompeta y gritad: —¡Viva el rey Salomón!


Después de esto, todos marcharon detrás de Salomón, tocando flautas. Estaban tan contentos que parecía que la tierra iba a abrirse a causa del griterío.


Entonces Adonías le respondió: —Tú sabes que el reino de Israel me pertenecía a mí. Todo el país esperaba que yo fuera el rey. Pero ahora el rey es mi hermano Salomón, porque Dios así lo ha querido.


Entonces Joyadá sacó a Joás, le puso la corona y le entregó las otras insignias reales. Después derramó aceite sobre su cabeza y así lo proclamó rey. Todos aplaudieron y gritaron: —¡Viva el rey!


Allí vio a Joás de pie, al lado de la columna del Templo, como era la costumbre al nombrarse un rey. Junto a él estaban los capitanes y los músicos; la gente, llena de alegría, tocaba las trompetas. Entonces Atalía rasgó sus vestidos y gritó: —¡Traición! ¡Traición!


Un día, el profeta Eliseo llamó a uno de sus discípulos y le dijo: —Prepárate para ir a Ramot de Galaad. Toma esta vasija de aceite,


Enseguida cada uno de ellos tomó su manto y lo puso sobre la escalinata como si fuera una alfombra. Después tocaron la trompeta y gritaron: —¡Viva el rey Jehú!


Ese día derramaron aceite sobre la cabeza de Salomón, para nombrarlo sucesor del rey David; y lo mismo hicieron con Sadoc, para nombrarlo sacerdote. Fue la segunda ocasión en que todo el pueblo proclamó a Salomón como su rey, y todos comieron y bebieron con mucha alegría delante de Dios.


Entonces Joyadá sacó a Joás, le puso la corona y le entregó las otras insignias reales. Después, Joyadá y sus hijos derramaron aceite sobre su cabeza y así lo proclamaron rey. Todos gritaron: —¡Viva el rey!


Allí vio a Joás de pie, junto a la columna de la entrada. A su lado estaban los capitanes y los músicos; la gente, llena de alegría, tocaba las trompetas; los cantores, con sus instrumentos musicales, dirigían al pueblo, que también tocaba trompetas con gran alegría. Entonces Atalía rasgó sus vestidos y gritó: —¡Traición! ¡Traición!


Una vez hablaste con nosotros, tu pueblo fiel, y nos dijiste: «En mi pueblo hay un guerrero; el más valiente de todos los jóvenes, a quien he dado mi ayuda. Se trata de David, mi siervo, al que he consagrado como rey derramando aceite sagrado sobre él.


Entonces Samuel dijo a todo el pueblo: —¡Aquí tenéis al hombre elegido por Dios! ¡No hay nadie que se le compare! Los israelitas gritaron a una voz: —¡Viva el rey!


Samuel tomó aceite y lo derramó sobre David en presencia de sus hermanos. Después regresó a Ramá. En cuanto a David, desde aquel mismo día el espíritu de Dios estuvo con él.


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