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1 Reyes 1:25 - Biblia Lenguaje Básico

25 Porque él está celebrando una fiesta: ha matado toros, terneros y muchas ovejas, y ha invitado a los hijos del rey, al general Joab y al sacerdote Abiatar. Ahora mismo, mientras comen y beben, no cesan de gritar: «¡Viva el rey Adonías!».

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Biblia Reina Valera 1960

25 Porque hoy ha descendido, y ha matado bueyes y animales gordos y muchas ovejas, y ha convidado a todos los hijos del rey, y a los capitanes del ejército, y también al sacerdote Abiatar; y he aquí, están comiendo y bebiendo delante de él, y han dicho: ¡Viva el rey Adonías!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Hoy él sacrificó gran cantidad de ganado, terneros engordados y ovejas, e invitó a todos los hijos del rey a la celebración. También invitó a los comandantes del ejército y al sacerdote Abiatar. Ahora están festejando y bebiendo con él, y gritan: “¡Que viva el rey Adonías!”;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 pues ahora bajó a inmolar una cantidad de bueyes, de terneros gordos y de carneros. Invitó a todos los hijos del rey, a los jefes del ejército y al sacerdote Ebiatar, y en estos momentos están comiendo y tomando con él y exclaman: '¡Viva el rey Adonías!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Porque él hoy ha bajado y sacrificado bueyes y animales cebados y ovejas en abundancia, y ha invitado a todos los hijos del rey, y a los capitanes del ejército y al sacerdote Abiatar; y he aquí que comen y beben a su salud, y han dicho: ¡Viva el rey Adonías!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Porque hoy ha bajado él a sacrificar toros, becerros cebados y ovejas en gran cantidad, y ha invitado a todos los hijos del rey, a los jefes del ejército y al sacerdote Abiatar, que están comiendo y bebiendo con él y gritan: '¡Viva el rey Adonías!'.

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1 Reyes 1:25
19 Referans Kwoze  

Jusay el arquita, que era amigo de David, se acercó a Absalón y gritó: —¡Viva el rey! ¡Viva el rey!


Él ha matado toros, terneros y muchas ovejas para hacer una fiesta y ha invitado a los hijos del rey, al sacerdote Abiatar y a Joab, el general del ejército. Pero no ha invitado a Salomón, tu fiel servidor.


y le preguntó: —Majestad, ¿has mandado que Adonías reine después de tu muerte?


El sacerdote Sadoc y el profeta Natán deben derramar aceite sobre la cabeza de Salomón para nombrarlo rey de Israel. Después, tocad la trompeta y gritad: —¡Viva el rey Salomón!


Allí, el sacerdote Sadoc tomó el recipiente de aceite que estaba en el santuario, y derramó el aceite sobre la cabeza de Salomón para nombrarlo rey. Luego sonaron las trompetas y toda la gente gritó: —¡Viva el rey Salomón!


Un día, Adonías preparó una fiesta e invitó a todos sus hermanos, los hijos del rey David, y a todos los hombres de Judá que eran asistentes del rey. La fiesta se celebró junto a la roca de Zojélet, que está cerca del manantial de Roguel. Para el banquete mandó matar ovejas y toros, y también los terneros más gordos.


Entonces Adonías le respondió: —Tú sabes que el reino de Israel me pertenecía a mí. Todo el país esperaba que yo fuera el rey. Pero ahora el rey es mi hermano Salomón, porque Dios así lo ha querido.


Entonces Joyadá sacó a Joás, le puso la corona y le entregó las otras insignias reales. Después derramó aceite sobre su cabeza y así lo proclamó rey. Todos aplaudieron y gritaron: —¡Viva el rey!


Allí vio a Joás de pie, al lado de la columna del Templo, como era la costumbre al nombrarse un rey. Junto a él estaban los capitanes y los músicos; la gente, llena de alegría, tocaba las trompetas. Entonces Atalía rasgó sus vestidos y gritó: —¡Traición! ¡Traición!


Enseguida cada uno de ellos tomó su manto y lo puso sobre la escalinata como si fuera una alfombra. Después tocaron la trompeta y gritaron: —¡Viva el rey Jehú!


Por eso hoy, Dios nuestro, nosotros te damos gracias y alabamos tu nombre glorioso».


Al día siguiente ofrecieron a Dios, por todo Israel, muchísimos animales para sacrificarlos y quemarlos en su honor: mil toros, mil carneros y mil corderos, con sus respectivas ofrendas de vino y aceite.


Entonces Joyadá sacó a Joás, le puso la corona y le entregó las otras insignias reales. Después, Joyadá y sus hijos derramaron aceite sobre su cabeza y así lo proclamaron rey. Todos gritaron: —¡Viva el rey!


Y toda la gente, tanto la que iba delante de él como la que iba detrás, gritaba: «¡Sálvanos, descendiente de David! ¡Bendito tú, que vienes de parte de Dios! ¡Sálvanos, Dios altísimo!».


Entonces el rey envió a otros sirvientes con este mensaje: «La comida ya está lista. He mandado preparar la carne de mis mejores terneros. ¡Venid a la fiesta!».


Decían: ¡Bendito el rey que viene de parte de Dios! ¡Que haya paz en el cielo y que todos reconozcan el poder de Dios!


Entonces Samuel dijo a todo el pueblo: —¡Aquí tenéis al hombre elegido por Dios! ¡No hay nadie que se le compare! Los israelitas gritaron a una voz: —¡Viva el rey!


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