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1 Pedro 5:6 - Biblia Lenguaje Básico

6 Por eso, sed humildes y aceptad la autoridad de Dios, pues él es poderoso; de esa manera, cuando llegue el momento oportuno, Dios os tratará como a gente importante.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Así que humíllense ante el gran poder de Dios y, a su debido tiempo, él los levantará con honor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que, llegado el momento, él los levante.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Sed humillados,° pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que os exalte a su tiempo;°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Sed, pues, humildes bajo la poderosa mano de Dios, para que, a su debido tiempo, os exalte.

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1 Pedro 5:6
41 Referans Kwoze  

«He visto tu arrepentimiento y tu humilde actitud al escuchar la desgracia que he anunciado contra este lugar y sus habitantes, una desgracia que será terrible. He visto que has rasgado tu ropa y has llorado ante mí. Pues bien, yo también te he escuchado —te doy mi palabra—


Sin embargo, como Roboán se había humillado, Dios no permitió que Jerusalén fuera totalmente destruida, pues aún había algo bueno en Judá.


pero hubo algunos de las tribus de Aser, Manasés y Zabulón que se dejaron convencer y fueron a Jerusalén.


Sin embargo, tanto Ezequías como los que vivían en Jerusalén se arrepintieron de su orgullo. Mientras Ezequías se mantuvo con vida, Dios dejó en paz a los habitantes de Judá y Jerusalén.


Allí, mientras sufría tal humillación, Manasés rogó a Dios que lo perdonara. Se humilló tanto delante del Dios de sus antepasados,


Pero Amón no se humilló ante Dios, como lo había hecho Manasés, sino que se comportó aún peor.


Sedecías se comportó mal ante Dios, y no hizo caso al profeta Jeremías cuando este le dio mensajes de parte de Dios.


Dios es grande y poderoso; no hay maestro que se le compare.


Yo siempre aclamaré y cantaré himnos al Dios de Israel,


Tú has creado el norte y el sur; los montes Tabor y Hermón te alaban con alegría.


Moisés y Aarón se presentaron ante el faraón, y le dijeron: —Esto es lo que te dice el Dios de los israelitas: ¿Hasta cuándo seguirás siendo tan orgulloso? ¿Cuándo me vas a obedecer? Deja salir a mi pueblo para que me adore.


Sé muy bien que el rey no va a dejarlos ir, pero yo lo obligaré a hacerlo.


Moisés trató de calmar a Dios, y le dijo: —Dios mío, ¡no descargues tu ira contra este pueblo! ¡Tú mismo lo sacaste de Egipto usando tu gran poder!


El orgulloso será humillado; el humilde, en cambio, alcanzará honores.


Los orgullosos bajarán la vista, agacharán humillados la cabeza. Solo el Dios todopoderoso será adorado,


Rellenad todos los valles y convertid en llanura la región montañosa.


Soy yo, el Dios excelso quien lo digo, yo que vivo por siempre; yo que vivo en un lugar alto y sagrado, pero que también estoy con los pobres y animo a los humildes y afligidos.


Decid al rey y también a la reina madre que bajen de su trono y se sienten en el suelo, pues ya no tienen derecho a lucir sus hermosas coronas.


Sin embargo, hasta ahora no os habéis arrepentido. No me respetáis, ni obedecéis los mandamientos que os di, a vosotros y a vuestros antepasados.


Aun sus mejores soldados morirán en la guerra, y los que logren salvarse serán dispersados por toda la tierra. Entonces tendréis que reconocer que yo soy el Dios de Israel, y que cumplo mi palabra.


Dios también me dio este mensaje:


Tú, rey Baltasar, ya sabías todo esto y, aunque lo sabías, no has querido ser humilde,


Ahora sois rebeldes y os comportáis como las naciones que no creen en mí, pero entonces tendréis que humillaros y aceptar el castigo por vuestra maldad.


Pero ya Dios os ha dicho qué es lo que debéis hacer y lo que espera de vosotros: Dios quiere que seáis justos los unos con los otros y bondadosos con los más débiles, y que obedezcáis con humildad a vuestro Dios.


Porque los que se creen más importantes que los demás serán tratados como los que menos importan. Y los que se comportan como los que menos importan, serán tratados como los más importantes.


Derriba a los poderosos de sus tronos y da poder a los pobres.


El que se crea superior a los demás, Dios lo colocará en el lugar menos importante, pero al que actúa con humildad, Dios lo colocará en un lugar más importante.


Os digo que cuando el cobrador de impuestos volvió a su casa, Dios ya lo había perdonado, pero al fariseo no. Porque Dios humillará a los que se creen importantes y, en cambio, engrandecerá a los que se humillan a sí mismos.


Cuando nosotros éramos pecadores y no teníamos fuerzas para alcanzar la salvación, Cristo murió por nosotros. Murió en el momento elegido por Dios.


¿O es que queréis provocar la ira de Dios? Pues debéis saber que no somos más fuertes que Dios.


Este Jesús dio su propia vida para salvar a todo el mundo, como así lo demostró en el tiempo señalado.


Sed humildes delante del Señor y él os premiará.


Por tanto, obedeced a Dios, haced frente al diablo y huirá de vosotros.


Seguid el ejemplo de los profetas, que hace mucho tiempo anunciaron el mensaje de Dios. Nosotros los admiramos porque fueron pacientes y soportaron el sufrimiento. Y seguramente os acordáis de Job y de cómo soportó con valor los sufrimientos y, al final, Dios lo trató muy bien. Y es que Dios es compasivo y tiene mucha misericordia.


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