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1 Pedro 3:20 - Biblia Lenguaje Básico

20 Eran los espíritus de los que desobedecieron a Dios en los tiempos de Noé. Dios esperó con paciencia a que se arrepintieran, mientras Noé construía la barca, pero no lo hicieron. Solo unos pocos, ocho en total, subieron a la barca y se salvaron navegando por el agua.

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Biblia Reina Valera 1960

20 los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 esos que desobedecieron a Dios hace mucho tiempo, cuando Dios esperaba con paciencia mientras Noé construía su barco. Solo ocho personas se salvaron de morir ahogadas en ese terrible diluvio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 me refiero a esas personas que se negaron a creer en tiempo de Noé, cuando se iba acabando la paciencia de Dios y Noé ya estaba construyendo el arca. Pero algunas personas, ocho en total, entraron al arca y se salvaron a través del agua.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 que en un tiempo desobedecieron, cuando esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual unos pocos, es decir, ocho personas,° fueron salvadas a través del agua.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 a los que en otro tiempo rehusaron creer, cuando la paciencia de Dios daba largas, mientras en los días de Noé se preparaba el arca, en la que pocos, o sea, ocho personas, se salvaron por en medio del agua.

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1 Pedro 3:20
28 Referans Kwoze  

Por eso dijo a Noé: —Voy a acabar con todos los seres vivos de este mundo; los exterminaré a todos porque la tierra está llena de violencia.


Pero Dios dijo: —No permitiré que los seres humanos vivan para siempre. ¡No vivirán más de ciento veinte años!


La maldad de hombres y mujeres iba en aumento sobre la tierra. Siempre estaban pensando en hacer el mal; así que Dios, al verlo,


Noé, sin embargo, agradó a Dios con su buena conducta.


Noé había entrado en el arca junto con sus hijos, Sem, Cam y Jafet, con su mujer y sus nueras.


Dios tuvo compasión de Noé y de todos los animales domésticos y salvajes que estaban con él en el arca. Por eso hizo que soplara un fuerte viento sobre la tierra, para que bajara el agua.


Así fue como Noé salió del arca, junto con sus hijos, su mujer y sus nueras.


Pero Dios —dice Isaías— es un Dios justo y quiere demostraros cuánto os ama. En verdad, Dios ama a los que confían en él, y desea mostrarles compasión.


En cambio, la puerta que lleva a la vida es muy estrecha y el camino es muy difícil de recorrer. Por eso, son pocos los que la encuentran. Entrad por la puerta estrecha, porque ella nos lleva a la vida.


¡No tengáis miedo, mi pequeño rebaño! Dios, vuestro Padre, quiere daros su reino.


Ese día, unas tres mil personas creyeron en el mensaje de Pedro, se bautizaron y se unieron al grupo de los seguidores de Jesús.


Algo parecido hace Dios. Cuando castiga, lo hace para que todo el mundo conozca su poder. Pero también sabe tener paciencia con los que merecen ser castigados y destruidos.


Lo hizo para consagrarla a Dios, limpiándola por medio de su mensaje y del agua del bautismo.


Noé tuvo fe en Dios y, por eso, cuando Dios le avisó que sucederían cosas que todavía no podían verse, hizo caso del aviso y construyó un arca para salvar a su familia. Por esa misma fe Noé hizo que fuera condenada la gente de este mundo y se convirtió en heredero de la salvación que se alcanza por la fe.


Ahora obedecéis el verdadero mensaje de Dios y habéis suprimido todo lo que impide que os améis unos a otros como hermanos. Así que, amaos sinceramente unos a otros, con todo vuestro corazón y con todas vuestras fuerzas.


pues sabéis que Dios hará que alcancéis la salvación, que es la meta de vuestra fe.


Antes andabais como ovejas perdidas, pero ahora habéis regresado a Cristo, que es como un pastor que os cuida y os protege.


De este modo, fue a anunciar su victoria a los espíritus que estaban presos.


Por eso, los que sufren porque Dios así lo quiere, deben seguir haciendo el bien y dejar que Dios los cuide, pues él es su creador y cumple lo que promete.


Dios tampoco perdonó a la gente malvada que vivía en tiempos de Noé, sino que les envió el diluvio y todos murieron. Pero sí salvó a Noé porque enseñaba a la gente a hacer el bien; y junto con Noé salvó a otras siete personas.


Recordad que nuestro Señor Jesucristo nos trata con paciencia, para que podamos salvarnos. Ya nuestro querido compañero Pablo os ha escrito acerca de esto con la sabiduría que Dios le ha dado.


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