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1 Pedro 3:15 - Biblia Lenguaje Básico

15 Honrad a Cristo como Señor y estad siempre dispuestos a explicar a la gente que os lo pida por qué habéis puesto vuestra esperanza en Cristo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

15 sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 En cambio, adoren a Cristo como el Señor de su vida. Si alguien les pregunta acerca de la esperanza que tienen como creyentes, estén siempre preparados para dar una explicación;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 sino bendigan en sus corazones al Señor, a Cristo; estén siempre dispuestos para dar una respuesta a quien les pida cuenta de su esperanza,

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 sino santificad al Mesías° como Señor en vuestros corazones,° y estad siempre prestos para presentar defensa ante todo el que os demande razón acerca de la esperanza que hay en vosotros,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Antes bien, en vuestro corazón, tened por santo al Señor, a Cristo, siempre dispuestos a responder a cualquiera que os pida razón de vuestra esperanza;

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1 Pedro 3:15
34 Referans Kwoze  

En la presencia de reyes hablaré de tus mandamientos y no me sentiré avergonzado.


El bueno piensa antes de responder; las palabras del malvado son pura maldad.


Son dignos de confianza para que sepas responder a quienes te pregunten.


Venid y discutamos el caso: aunque vuestros pecados os manchen como con tinta roja, yo os dejaré blancos como la nieve; aunque os ensucien de arriba abajo, yo os dejaré como lana blanca.


Cuando sus descendientes vean todo lo que hice entre ellos, reconocerán que soy un Dios santo y me mostrarán su respeto.


Yo soy el rey de Israel. Venid, pues, y defendeos; presentad ante mí vuestras razones.


Las ciudades serán destruidas, ovejas y cabras pastarán en sus ruinas. Así el Dios todopoderoso mostrará su grandeza y santidad cuando haga justicia.


—No llaméis «conspiración» a todo lo que la gente llama «conspiración». A la gente le da miedo cuando los reyes se juntan para hacer planes de guerra. Pero vosotros no debéis asustaros ni tener miedo.


Pero Dios dijo a Moisés y a Aarón: —Vosotros no habéis creído en mí, ni me habéis honrado delante de los israelitas. Por eso, no entraréis con ellos al territorio que les voy a dar.


Pablo contestó: —No. Yo soy judío y nací en Tarso, una ciudad muy importante de la provincia de Cilicia. ¿Me permites hablar a la gente?


Pero cuando Pablo le habló de que tenía que ser justo, que tenía que dominar sus pasiones, y que un día Dios juzgaría a todos, Félix se asustó mucho y le dijo: —Vete ya; cuando tenga tiempo volveré a llamarte.


Pero para ello, es necesario que mantengáis vuestra fe en Cristo y no dejéis de confiar en el mensaje de la buena noticia. Este es un mensaje que ha sido anunciado por todo el mundo y del que yo, Pablo, soy servidor.


Dios decidió daros a conocer este plan tan grande y maravilloso para todas las naciones; un plan que consiste en que Cristo viva en vosotros y os dé la esperanza de que vais a compartir la gloria de Dios.


Os comportáis así porque, desde que oísteis el mensaje verdadero de la buena noticia, sabéis bien lo que Dios os tiene reservado en el cielo.


de conversar con ellos, siendo siempre amables y simpáticos, y pensando bien cómo se debe contestar a cada uno.


Pero Cristo, que es el Hijo de Dios, ha sido puesto al frente del pueblo de Dios, que somos nosotros, y lo seguiremos siendo si mantenemos firmemente y con alegría la esperanza en la salvación que recibiremos.


Por eso, sigamos aprendiendo cada vez más, hasta que lleguemos a ser cristianos maduros. No volvamos otra vez a las cosas básicas que aprendimos acerca de Cristo, tales como no pecar más, creer en Dios,


Dios es un juez que no tiene favoritos, y será él quien decida si merecemos ser castigados o premiados según lo que cada uno de nosotros haya hecho. Así que, si decís que Dios es vuestro Padre, debéis honrarle en este mundo todos los días de vuestra vida.


pues verán que sois honestas y respetuosas.


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