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1 Pedro 1:5 - Biblia Lenguaje Básico

5 Vosotros tenéis fe en Dios y por eso él os protege con su poder, para que podáis ser salvos tal y como lo tiene planeado para los últimos tiempos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Por la fe que tienen, Dios los protege con su poder hasta que reciban esta salvación, la cual está lista para ser revelada en el día final, a fin de que todos la vean.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Y los protege el poder de Dios, por medio de la fe, con miras a la salvación que nos tiene preparada para los últimos tiempos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 que sois guardados° por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación, que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero, en lo cual os alegráis grandemente.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 que por el poder de Dios habéis sido custodiados, mediante la fe, para la salvación, dispuesta ya a manifestarse en el momento final.

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1 Pedro 1:5
43 Referans Kwoze  

Yo sé que mi Dios vive y que al fin triunfará sobre la muerte.


Dios ama la justicia y jamás abandonará a su pueblo. ¡Siempre lo protegerá! Los suyos vivirán para siempre en la tierra prometida, pero la descendencia de los malvados será destruida por completo.


Dios defiende lo que es justo y protege la vida de sus fieles.


Pero al pueblo de Israel lo salvarás para siempre y nunca más se llenará de vergüenza ni volverá a ser humillado.


¡Levantad los ojos al cielo! ¡Bajad la mirada hacia la tierra! El cielo desaparecerá como humo, la tierra se gastará como un vestido, sus habitantes morirán como moscas. Pero mi salvación y mi liberación permanecerán para siempre.


Pero ningún arma usada contra ti será capaz de destruirte. Israel, tú harás callar a todo el que te acuse, porque yo, el único Dios, hago triunfar a los que me adoran. Os aseguro que así será.


Vuestra descendencia y vuestro nombre permanecerán para siempre, así como permanecerán en mi presencia el cielo nuevo y la tierra nueva que yo voy a crear.


Le daré otros gobernantes que lo dirijan como es debido para que nadie tenga miedo ni muera. Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Haré con ellos un pacto que durará para siempre. Estaré con mi pueblo en todo momento y lo ayudaré; haré que me respete y que no vuelva a alejarse de mí.


El que me rechaza y no obedece lo que enseño, mi propio mensaje lo condenará cuando llegue el fin del mundo.


No te pido que los saques del mundo, sino que los protejas de Satanás.


pero el que beba del agua que yo doy nunca más tendrá sed. Porque esa agua es como un manantial del que brota vida eterna.


Os aseguro que todo el que preste atención a lo que digo y crea en Dios, que me envió, tendrá vida eterna. Aunque antes viviera alejado de Dios, ya no será condenado, pues ha recibido la vida eterna.


Y es verdad. Pero ellos fueron rechazados por no creer en Dios, y vosotros solamente por creer en él. Así que no os pongáis orgullosos; más bien, tened cuidado.


Estoy seguro de que los sufrimientos por los que ahora pasamos no son nada si los comparamos con la gloriosa vida que Dios nos dará junto a él.


Dios es tan sabio que no ha querido que la gente de este mundo lo conociera mediante el conocimiento humano. En lugar de eso, decidió salvar a los que creyeran en el mensaje que anunciamos, aun cuando este mensaje parezca algo absurdo.


No queremos deciros qué es lo que debéis creer, pues bien sabemos que os mantenéis firmes en la fe. Lo que sí queremos es contribuir a que seáis felices.


y ya no soy yo el que vive, sino que es Jesucristo el que vive en mí. Y ahora vivo gracias a la fe que he puesto en el Hijo de Dios, porque él me amó y quiso morir para salvarme.


Habéis sido salvados gratuitamente por haber creído en Dios. Ninguno de vosotros se ganó la salvación, sino que Dios os la regaló.


También le pido a Dios que Jesucristo viva en vuestros corazones, gracias a la fe que tenéis en él, y que os mantengáis aferrados a su amor.


Dios empezó el buen trabajo en vosotros, y estoy seguro de que lo irá perfeccionando hasta el día en que Jesucristo vuelva.


Así Dios os dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento por medio de Cristo Jesús.


Recuerda que desde niño has leído las sagradas Escrituras y que sus enseñanzas pueden hacerte sabio y conducirte a la salvación por medio de la fe en Jesucristo.


Así debemos vivir, mientras llega ese día feliz y maravilloso que todos esperamos, cuando regrese nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.


No queremos que os volváis perezosos. Más bien, sin dudar ni un instante, seguid el ejemplo de los que creen en Dios, porque así recibiréis lo que Dios os ha prometido.


De la misma manera, Cristo se ha ofrecido una sola vez para que muchos seamos perdonados de nuestros pecados. Después él volverá por segunda vez, pero no para morir por nuestros pecados, sino para salvar a todos los que esperan su venida.


Por eso, estad atentos y pensad bien lo que vais a hacer, sin dejaros seducir por nada malo. Y confiad totalmente en que Dios os tratará bien cuando regrese Jesucristo.


Al contrario, alegraos de poder sufrir como Cristo sufrió, para que también os alegréis cuando Cristo dé a conocer su gloria.


Quiero darles un consejo a los líderes de la Iglesia. Yo también soy líder como ellos y soy testigo de cómo sufrió Cristo. Además, cuando Cristo regrese de nuevo y muestre su gloria, yo también disfrutaré de esa gloria. Este es mi consejo:


Dios utilizó su poder para darnos todo lo que necesitamos y para que vivamos como él quiere. Nos lo ha dado cuando nos hizo conocer a Jesucristo, por medio del cual nos eligió para que seamos parte de su reino.


Queridos hermanos, ¡nosotros ya somos hijos de Dios! Y aunque todavía no sabemos cómo seremos en el futuro, sí sabemos que, cuando Jesucristo vuelva otra vez, nos pareceremos a él, porque lo veremos como él es en realidad.


Yo, Judas, estoy al servicio de Jesucristo y soy hermano de Santiago. Escribo esta carta a todos los que Dios Padre ama, ha elegido y viven protegidos por Jesucristo.


Dios puede protegeros para que no hagáis el mal y también tiene poder para que podáis presentaros ante su gloriosa presencia sin mancha y llenos de alegría.


Dios protege a quienes lo obedecen, pero los rebeldes mueren angustiados; ¡de nada les sirve su fuerza!


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