1 Crónicas 27:1 - Biblia Lenguaje Básico1 El ejército de Israel estaba formado por doce batallones, que se turnaban para servir al rey una vez al año. Cada batallón estaba formado por veinticuatro mil hombres, entre los que había jefes de grupos familiares y oficiales del ejército. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 19601 Estos son los principales de los hijos de Israel, jefes de familias, jefes de millares y de centenas, y oficiales que servían al rey en todos los negocios de las divisiones que entraban y salían cada mes durante todo el año, siendo cada división de veinticuatro mil. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente1 La siguiente es la lista de los generales y capitanes israelitas y de sus oficiales, quienes servían al rey. Supervisaban las divisiones del ejército que estaban de guardia cada mes del año. Cada división constaba de veinticuatro mil hombres y servía durante un mes. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)1 Censo de los hijos de Israel, jefes de familia, jefes de mil y de cien y escribas que estaban al servicio del rey para todo lo referente a las clases, la que entraba y la que partía cada mes durante todo el año. Cada clase contaba veinticuatro mil hombres. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion1 Y éstos son los hijos de Israel, según el número de ellos, cabezas de familias, jefes de millares y centenas, con sus oficiales que servían al rey en todo asunto de las divisiones, los cuales entraban y salían cada mes durante todo el año: veinticuatro mil en cada división. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 19751 Israelitas censados, jefes de casas paternas, jefes de millares y de centenas y oficiales, que prestaban servicio al rey en todo lo referente a las secciones y que entraban y salían de servicio cada mes, todos los meses del año: cada sección era de veinticuatro mil hombres. Gade chapit la |
Estos son los jefes de los mejores soldados que tuvo David, los que le apoyaron durante su reinado y que, junto con el resto de los israelitas, lo nombraron rey, tal como Dios lo había anunciado: Jasobán, hijo de Jacmoní, que fue el principal de los tres soldados más valientes que tuvo David y que en cierta ocasión mató con su lanza a trescientos hombres. Después de él, Eleazar, hijo de Dodó, el ajojita.
Esta es la lista de los jefes de los batallones militares que cada mes prestaban sus servicios al rey: Primer mes: Jasobán, hijo de Zabdiel, descendiente de Fares. Segundo mes: Daday el ajojíta, y su ayudante Miclot. Tercer mes: Benaías, hijo de Joyadá, el jefe de los sacerdotes, y jefe de los treinta valientes; su hijo Amizabad formaba también parte de su batallón. Cuarto mes: Asael, hermano de Joab, a quien más tarde sucedió su hijo Zebadías. Quinto mes: Samhut, el jizraíta. Sexto mes: Irá, hijo de Iqués, el tecoíta. Séptimo mes: Jeles, el pelonita, descendiente de Efraín. Octavo mes: Sibecay, el de Jusá, descendiente de los zarjítas. Noveno mes: Abiézer, el de Anatot, descendiente de Benjamín. Décimo mes: Mahray, el de Netofá, descendiente de los zarjítas. Decimoprimer mes: Benaías, el de Piratón, descendiente de Efraín. Duodécimo mes: Jelday, el de Netofá, descendiente de Otoniel. Cada uno de ellos con sus venticuatro mil hombres.
David reunió en Jerusalén a todas las autoridades de Israel, a los jefes de las tribus y de los batallones militares que estaban al servicio del rey, a los comandantes de las distintas secciones del ejército, a los administradores del patrimonio real, a los educadores de sus hijos, a sus servidores y a sus guerreros más valientes. Cuando todos estaban reunidos,
Entonces todos los cabezas de familia, los dirigentes de las tribus de Israel y otras altas autoridades del reino dieron de buena voluntad las siguientes aportaciones para la obra del Templo: Ciento sesenta y cinco mil kilos de oro y diez mil monedas de oro. Trescientos treinta mil kilos de plata. Cerca de seiscientos mil kilos de bronce y tres millones trescientos mil kilos de hierro.
En aquellos días, Salomón y con él toda la asamblea de Israel se reunió en el santuario que había en Gabaón. En ese santuario se encontraba la Tienda del encuentro que Moisés, el siervo de Dios, había construido en el desierto; allí estaba también el altar de bronce que había hecho Besalel, hijo de Urí y nieto de Jur. Pero no estaba el Arca del pacto de Dios porque David la había hecho trasladar desde Quiriat Jearín hasta Jerusalén donde la instaló en una Tienda que el mismo David había preparado para ella. Así pues, Salomón convocó a todo Israel, a todos sus dirigentes tanto militares como civiles, a toda la gente importante y a todos los jefes de familia, y se dirigieron a Gabaón donde Salomón ofreció a Dios mil animales que fueron quemados sobre el altar de bronce.