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1 Corintios 6:13 - Biblia Lenguaje Básico

13 También decís: «La comida es para el estómago, y el estómago es para la comida». ¡Claro que sí! Pero Dios va a destruir las dos cosas y es que el cuerpo no es para que lo usemos en relaciones sexuales prohibidas; al contrario, debemos usarlo para servir al Señor Jesús, pues nuestro cuerpo le pertenece a él.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; pero tanto al uno como a las otras destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Ustedes dicen: «La comida se hizo para el estómago, y el estómago, para la comida». (Eso es cierto, aunque un día Dios acabará con ambas cosas). Pero ustedes no pueden decir que nuestro cuerpo fue creado para la inmoralidad sexual. Fue creado para el Señor, y al Señor le importa nuestro cuerpo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 La comida es para el estómago y el estómago para la comida; tanto el uno como la otra son cosas que Dios destruirá. En cambio el cuerpo no es para el sexo, sino para el Señor, y el Señor es para el cuerpo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Los alimentos para el estómago y el estómago para los alimentos, pero a ambos los destruirá Dios. Y el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 'La comida para el vientre, y el vientre para la comida'; pero Dios destruirá lo uno y lo otro. El cuerpo no es para la lujuria, sino para el Señor; y el Señor para el cuerpo.

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1 Corintios 6:13
20 Referans Kwoze  

Todo lo que comemos o bebemos va al estómago, y después el cuerpo lo expulsa. Eso no hace impura a una persona.


Todo esto es lo que hace impura a una persona, no el sentarse a comer sin lavarse las manos.


pues lo que se come no va a la mente sino al estómago, y después el cuerpo lo expulsa. Jesús dijo eso para que supieran que ningún alimento es impuro.


Deberíais preocuparos no tanto por la comida que se acaba, sino por la que dura y da vida eterna. Esa es la comida que yo, el Hijo del hombre, os daré, porque Dios que es mi Padre os ha mostrado que yo tengo autoridad.


Vuestros antepasados comieron el maná en el desierto, pero todos murieron.


Por eso, hermanos míos, ya que Dios es tan bueno con vosotros, os pido que dediquéis toda la vida a servirle y a hacer todo lo que le agrada. Así es como se le debe adorar.


En el reino de Dios no importa lo que se come ni lo que se bebe. Más bien, lo que importa es hacer el bien, viviendo en paz y con alegría. Y todo esto puede hacerse por medio del Espíritu Santo.


Así que no dejéis que el pecado os domine, y os obligue a obedecer los malos deseos de vuestro cuerpo.


Algo parecido sucede con vosotros, mis hermanos. Por medio de la muerte de Cristo, ya no estáis bajo el control de la ley. Ahora sois de Cristo, a quien Dios resucitó. De modo que podemos servir a Dios haciendo el bien.


¿Acaso no sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios vive en vosotros?


Sabéis que cada uno de vosotros forma parte de la Iglesia, que es el cuerpo de Cristo. No está bien que una parte de ese cuerpo, que es la Iglesia de Cristo, se una con una prostituta,


Vuestro cuerpo es como un templo, en el que vive el Espíritu Santo que Dios os ha dado. No sois vuestros propios dueños.


Os quiero tanto que solo deseo que seáis siempre fieles a Cristo, es decir, que seáis como una novia ya comprometida para casarse, que le es fiel a su novio y se mantiene pura para él.


Así que, si Cristo murió por todos, nadie debe vivir ya para sí mismo, sino para Cristo que murió y resucitó por nosotros.


Y los que somos de Jesucristo ya hemos hecho morir en su cruz nuestro egoísmo y nuestros malos deseos.


Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia, y también su Salvador. Cristo es la cabeza, y la Iglesia es su cuerpo.


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