24 pero si todos ustedes están profetizando, y los incrédulos o la gente que no entiende esas cosas entran en la reunión, serán convencidos de pecado y juzgados por lo que ustedes dicen.
24 Por el contrario, supongan que todos están profetizando y entra alguien que no cree o que no tiene preparación, y todos le descubren sus errores, le dicen verdades y le hacen revelaciones.
Cuando el Espíritu venga, hará ver a los de este mundo que no creer en mí es pecado. También les hará ver que yo no he hecho nada malo, y que soy inocente. Finalmente, el Espíritu mostrará que Dios ya ha juzgado al que gobierna este mundo, y lo castigará. Yo, por mi parte, regreso a mi Padre, y vosotros ya no me veréis.
Todos los que oyeron estas palabras quedaron fuertemente impresionados. Así que preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: —Vosotros sois nuestros hermanos; decidnos qué debemos hacer.
Porque si tú das gracias a Dios movido por el Espíritu y te escucha un creyente no instruido, no podrá unirse a tu oración si no entiende lo que dices. Y no podrá hacerlo, porque no habrá comprendido nada.