23 Supongamos que todos los de la comunidad se reúnen y comienzan a hablar en un lenguaje misterioso. Si en ese momento entra gente de fuera o llegan algunos que no creen en Cristo, van a pensar que estáis locos.
23 Aun así, si los incrédulos o la gente que no entiende esas cosas entran en la reunión de la iglesia y oyen a todos hablando en un idioma desconocido, pensarán que ustedes están locos;
23 Con todo, supongan que la Iglesia entera estuviera reunida y todos hablasen en lenguas y entran algunas personas no preparadas o que todavía no creen. ¿Qué dirían? Que todos están locos.
23 Si la iglesia entera se congrega en asamblea y hablan todos con el don de lenguas y entonces entran no iniciados o infieles, ¿no dirán que estáis locos?
Pronto sabrás, Israel, que ya ha llegado el día en que te daré tu merecido. Tan grande es tu maldad, y tan inmenso es tu odio, que llamas «tontos» y «locos» a los profetas que te he enviado. Los envié para avisarte del peligro, pero tú les tendiste trampas; ¡hasta en mi propio Templo les has mostrado tu gran odio!
Para empezar, me han dicho que, cuando os reunís como iglesia, no os lleváis bien, sino que os dividís en grupos y no paráis de discutir entre vosotros. Creo que algo debe haber de verdad en esto.