1 Corintios 13:1 - Biblia Lenguaje Básico1 Si no tengo amor, de nada me sirve hablar todas las lenguas del mundo y hasta el lenguaje de los ángeles. Si no tengo amor, soy como un trozo de metal que solo sirve para hacer ruido; ¡soy como una campana desafinada! Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 19601 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente1 Si pudiera hablar todos los idiomas del mundo y de los ángeles pero no amara a los demás, yo solo sería un metal ruidoso o un címbalo que resuena. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)1 Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta el amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion1 Si yo° hablara en lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como el bronce que resuena, o un címbalo que retiñe. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 19751 Si hablo las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, soy como bronce que suena o como címbalo que retiñe. Gade chapit la |
Algunos reciben el poder de hacer milagros, y otros reciben la autoridad de hablar de parte de Dios. Unos tienen la capacidad de reconocer al Espíritu de Dios, y de descubrir los espíritus falsos. Algunos pueden hablar en un lenguaje misterioso y otros son capaces de entender lo que se dice en ese mensaje.
Cuando habláis en un idioma extraño, os ayudáis solo a vosotros mismos. Es verdad que Dios os entiende, pues habláis de verdades secretas que solo el Espíritu Santo conoce. Pero aparte de él, nadie más sabe lo que decís. En cambio, cuando Dios os manda hablar de su parte, la gente sí os entiende. Además, así ayudáis a todos en la Iglesia a confiar más en Cristo, a sentirse mejor y a estar alegres.
Me gustaría que todos hablarais en un lenguaje misterioso, pero más me gustaría que hablarais de parte de Dios. En realidad, es más importante hablar de parte de Dios que hablar en lenguas que otros no entienden, a menos que alguien pueda interpretar lo que se dice. Porque así se ayuda a los miembros de la Iglesia.