25 Así que, lo que parece algo sin sentido aunque provenga de Dios, es mucho más sabio que la sabiduría de este mundo. Podría pensarse que Dios es débil, pero en realidad es más fuerte que nadie.
Cuando el faraón dejó que los israelitas se marcharan de su país, Dios mismo les enseñó el camino que debían seguir. No los llevó por la región donde vivían los filisteos, aunque era el camino más corto. Y es que Dios pensó que si los filisteos atacaban a los israelitas, estos podrían asustarse y regresar a Egipto.
Hay quienes piensan que hablar de la muerte de Cristo en la cruz es una tontería. Pero los que opinan así no se salvarán, pues viven haciendo el mal. Sin embargo, para los que sí van a salvarse, es decir, para nosotros, ese mensaje está apoyado en el poder de Dios.
Dios es tan sabio que no ha querido que la gente de este mundo lo conociera mediante el conocimiento humano. En lugar de eso, decidió salvar a los que creyeran en el mensaje que anunciamos, aun cuando este mensaje parezca algo absurdo.
Los que no tienen este Espíritu no aceptan las enseñanzas espirituales, pues las consideran una tontería. Y tampoco pueden entenderlas, porque no tienen el Espíritu de Dios.
Por obedecer a Cristo, la gente nos considera necios. En cambio, gracias a Cristo, a vosotros os consideran ejemplo de sensatez. Nosotros somos los débiles, y vosotros los fuertes. A vosotros os respetan, y a nosotros no.
Cuando fue crucificado era débil, pero ahora vive por el poder de Dios. Y nosotros, que compartimos con Cristo esa debilidad, gracias al poder de Dios también compartimos con él la vida. Si es necesario, cuando vayamos a veros, os daremos pruebas de ese poder.