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Sofonías 2:3 - Biblia Septuaginta al Español

3 Buscad al Señor, todos los humildes de la tierra; juicio haced; y justicia buscad; y responded otro tanto(b) ; para que seáis protegidos en el día de la ira del Señor.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizá seréis guardados en el día del enojo de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Busquen al Señor los que son humildes y sigan sus mandamientos. Procuren hacer lo que es correcto y vivir con humildad. Quizá todavía el Señor los proteja y los libre de su ira en ese día de destrucción.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Busquen a Yavé todos ustedes, los humildes del país, que cumplen sus mandatos, practiquen la justicia y sean humildes y así, tal vez, encontrarán refugio el día del furor de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 ¡Buscad a YHVH, Humildes todos de la tierra! Los que cumplís sus preceptos, Buscad la justicia y buscad la humildad; Quizá seáis escondidos en el día de la ira de YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Buscad a Yahveh, pobres todos del país, que cumplís sus mandamientos. Buscad la justicia, buscad la humildad; quizá podáis hallar cobijo el día de la ira de Yahveh.

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Sofonías 2:3
44 Referans Kwoze  

O ¿se olvidará de conmiserarse Dios, o detendrá sus conmiseraciones, en su ira?»(e) .


«Quién sabe si se arrepienta Dios, y se aparte de la ira de su furor, y no perezcamos».


Acuérdate de nosotros, Señor, en el beneplácito de tu pueblo; visítanos en tu salud;


Sembrad, para vos en justicia, vendimiad en fruto de vida; iluminaos lumbre de conocimiento; buscad al Señor, hasta que vengan gérmenes de justicia a vos.


Porque, salvando, te salvaré, y en espada no caerás, no; y será tu alma en hallazgo; pues has confiado en mí, dice el Señor».


De(d) magnificencia de fuerza, el nombre del Señor; y los que a él recurren, justos, son exaltados.


¿Si verdaderamente ya justicia habláis? ¿lo recto juzgáis, hijos de los hombres?


y creced en gracia y conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él la gloria y ahora y hasta día de siglo.


Y ¿tú buscarás para ti cosas grandes? No busques; pues yo traigo males sobre toda carne, dice el Señor; y daré tu alma en hallazgo en todo lugar donde anduvieres allí».


Bueno el confesar al Señor; y tañer a tu nombre, Altísimo,


sino el oculto del corazón hombre(b) , en la incorruptibilidad del sosegado y manso espíritu; que es, a faz de Dios, muy precioso.


Vuestras almas habiendo vosotros purificado en la obediencia de la verdad, en fraternidad infingida; de corazón amaos entrañablemente;


Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en Señor Jesús, a que, según habéis recibido de nosotros cómo debéis caminar y agradar a Dios; según esto también caminéis para abundar más.


Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.


sino que juzgará, al humilde, juicio; y argüirá(b) a los humildes de la tierra; y percutirá la tierra con la palabra de su boca; y, en el aliento a través de los labios, arrebatará al impío;


Y humillada será la altanería de Israel, a su faz(h) ; y no se volvieron al Señor, su Dios, y no le buscaron en(i) todo esto.


Espíritu del Señor sobre mí; por lo cual me ha ungido; a evangelizar pobres enviádome, a sanar quebrantados de corazón, a predicar a cautivos perdón, y a ciegos, vista;


Que se complace el Señor en su pueblo; y exaltará a los mansos en salud.


diréisles: «Sacrificio de pascua, éste para Señor; porque amparó las casas de los hijos de Israel en Egipto cuando hirió a los egipcios, y salvó nuestras casas». E inclinándose el pueblo, adoró.


Pues que lo hacéis para con todos los hermanos, los de toda la Macedonia. Pero os exhortamos, hermanos, a abundar más,


«Dice el Señor Todopoderoso: Ayuno el cuarto(e) , y ayuno el quinto, y ayuno el séptimo, y ayuno el décimo serán, para la casa de Judá en gozo y alegría, y en fiestas buenas; y os alegraréis; y la verdad y la faz amaréis».


Y dijo David: «Cuando el niñito aún vivía, ayuné y lloré, porque dije: «¿Quién sabe si se apiadará de mí, el Señor y vivirá el niñito?»


Del río(c) los embates regocijan a la ciudad de Dios; santificó su tabernáculo el Altísimo.


aprended lo hermoso a hacer; indagad juicio; librad al agraviado, juzgad al huérfano, y justificad a la viuda;


no han estado en firmeza y congregado greyes sobre la casa de Israel; no se levantaron, los que dicen: «En el día del Señor»(b) ;


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