Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Nehemías 1:3 - Biblia Septuaginta al Español

3 Y me dijeron: «Los sobrevivientes, los que han sobrevivido a la cautividad están en la región en malaventura grande, y en oprobio, y los muros de Jerusalén están arrasados, y las puertas de ella, se han quemado en fuego.»

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Me dijeron: «Las cosas no andan bien. Los que regresaron a la provincia de Judá tienen grandes dificultades y viven en desgracia. La muralla de Jerusalén fue derribada, y las puertas fueron consumidas por el fuego».

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Me respondieron: 'Allá abajo, en la provincia, los que volvieron del cautiverio, los sobrevivientes, viven en la miseria y en medio de humillaciones; la muralla de Jerusalén está llena de hoyos y sus puertas, quemadas'.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y me dijeron: Los del remanente que quedan de la cautividad allí en la provincia están en gran desventura y humillación, y el muro de Jerusalem está lleno de brechas, y sus puertas han sido devastadas por el fuego.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Y me respondieron: 'El resto salvado, los que se han librado de la cautividad, están ahora allí en la provincia llenos de aflicción y de afrenta. La muralla de Jerusalén está llena de brechas, y sus puertas están destruidas por el fuego'.

Gade chapit la Kopi




Nehemías 1:3
33 Referans Kwoze  

Y les dije: «Vosotros veis esta malaventura en que estamos, en ella: cómo Jerusalén está desierta, y sus puertas han sido dadas al fuego. Venid pues y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no seremos ya más oprobio.»


Y el muro de Jerusalén en contorno demolió todo el ejército de los caldeos, los que estaban con el príncipe de los satélites.


Y estos son los hijos de la región de Judea, los que subieron del cautiverio de la transmigración que transmigró Nabucodonosor, el rey de Babilonia; y volvió a Jerusalén y a Judá, varón a su ciudad


Y salí por la «puerta del valle», de noche, y hacia «fuente del dragón»(c) y a la «puerta del estiércol»; y estuve contemplando el muro de Jerusalén que ellos arrasan; y sus puertas, devoradas por el fuego.


y dije al rey: «El rey por los siglos viva. ¿Por qué no se ha de poner malo mi semblante, por esto: porque la ciudad, casa de sepulcro de mis padres, está desolada, y sus puertas, devoradas por el fuego?»


Notorio sea al rey que fuimos a la judía región, a casa de Dios, el grande. Ella se edifica de piedras escogidas y madera se pone en las paredes, y aquella obra se hace muy derecha y prospera en sus manos.


Acuérdate, Señor, de lo que nos ha acontecido; mira y ve nuestro oprobio.


Has oído su oprobio; todos sus pensamientos en contra de mí;


Acordóse Jerusalén de días de su humillación y sus lanzamientos —todo lo deseable de ella, cuanto tenía desde días antiguos— al caer su pueblo en manos de atribulador; y no había quien la ayudara; viendo sus enemigos, riéronse de su vivienda. Het


Y todo muro de Jerusalén en contorno arrasó el ejército de los caldeos, el con el archicocinero.


Porque así dijo el Señor: «Así como destiló mi furor sobre los habitantes de Jerusalén; así destilará mi furor sobre vos, entrando vos en Egipto; y seréis en intransitable(a) y manumitidos y en maldición y oprobio; y no veréis, no, ya este lugar».


Y la casa del rey y las casas del pueblo quemaron los caldeos en fuego, y el muro de Jerusalén arrasaron.


Y los perseguiré en cuchilla, y hambre y peste; y los daré a vejación en todos los reinos de la tierra; y a maldición, y a penuria, y a silba y a oprobio a todas las gentes; a las cuales yo los lanzo.


y los daré en dispersión, a todos los reinos de la tierra, y en oprobio y en parábola y en odio y en maldición, en todo lugar, adonde los arrojé, allí.


Subid sobre las almenas de ella, y socavad; pero consumación no hagáis; dejad los sostenes de ella, porque del Señor son.


y mancillaron los príncipes lo santo mío y di a destruir a Jacob, y a Israel a oprobio.


Mas ahora os anunciaré qué yo he de hacer a mi viña: quitaré su cerca, y será en despojo; y arrasaré su muro, y será en holladura.


Dios, conviértenos(a) , y muestra tu semblante y nos salvaremos.


El año segundo del reinado de Artajerjes(a) el gran rey, el primero de Nisán, tuvo un sueño Mardoqueo, hijo de Jairo, de Semeías, de Quisayo, de la tribu de Benjamín, hombre judío, que habitaba en Susa, la ciudad, hombre grande, sirviendo en la corte del rey. Mas era de la cautividad que cautivó Nabucodonosor rey de Babilonia, de Jerusalén, con Jeconías, el rey de la Judea. Y éste su sueño: Y he aquí voces y tumulto y truenos y temblor y conturbación sobre la tierra; y he aquí dos dragones grandes, prontos adelantáronse ambos a luchar. Y se hizo de ellos voz grande, y a la voz de ellos aprontóse toda la gente a la guerra, para guerrear contra la nación de los justos. Y he aquí día de tinieblas y calígine; tribulación y angustia, aflicción y conturbación grande sobre la tierra y conturbóse toda la gente justa, temerosos de los propios males; y se aprontaron a perecer; y clamaron a Dios. Y, al clamor de ellos, nació, al modo que, de una pequeña fuente se convierte en un río grande, con mucha agua; y luz y sol salió, y los humildes fueron exaltados, y devoraron a los gloriosos. Y, despertando Mardoqueo, el que había visto este sueño, y qué Dios había determinado hacer, teníalo en el corazón y a toda costa quería conocerlo, hasta la noche. Y reposó Mardoqueo en la corte, con Gabatá y Tarsa, los dos eunucos del rey, los que custodiaban la corte, y oyó sus consideraciones; y sus proyectos escudriñó; y supo que preparan sus manos para apoderarse de Artajerjes el rey. E informó al rey acerca de ellos; y examinó el rey a los dos eunucos, y, confesando, fueron ajusticiados. Y escribió el rey estas palabras para memorial; y Mardoqueo escribió acerca de estas palabras; y ordenó el rey a Mardoqueo servir en la corte y diole dádivas por esto. Y era Amán de Amadatí, Bugeo, de gran crédito ante la faz del rey, y buscaba cómo hacer mal a Mardoqueo y a su pueblo, por la denuncia de los dos eunucos del rey. Y aconteció después de estas palabras, que en los días de Artajerjes, este Artajerjes, dominó desde la India, a ciento veintisiete regiones.


Y éstos son los príncipes de la región, los que se asentaron en Jerusalén y en las ciudades de Judá asentáronse cada varón en su heredad, en sus ciudades de Israel los sacerdotes, y los levitas, y los natineos, y los hijos de siervos de Salomón.


Y estos, los hijos de la región, los que subieron del cautiverio de la trasmigración que trasmigró Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Babilonia. Y volvieron a Jerusalén y Judá, varón(a) a su ciudad;


arrancaré a Israel de la tierra que les di, y esta casa que he santificado a mi nombre, arrojaré de mi rostro; y será Israel en anonadamiento y en fábula para todos los pueblos.


Como ciudad, con los muros derribados y desmurada, así varón que no con consejo algo hace.


Clavadas fueron en tierra las puertas de ella; destruyó y quebrantó sus cerrojos, a su rey, y sus príncipes, en las gentes; no hay ley; y tampoco sus profetas vieron visión, del Señor. Yod


y tornaré vuestras ciudades en yermos; y yermaré vuestros santuarios; y no oleré el olor de vuestras hostias;


y dispersaréos por las gentes y tiraré en pos de vosotros de la cuchilla: y estará vuestra tierra desierta; y vuestras ciudades estarán desiertas.


Y quemó la casa del Señor y arrasó el muro de Jerusalén, y los palacios de ella quemaron en fuego, y todo vaso hermoso en anonadamiento.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite