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Mateo 5:3 - Biblia Septuaginta al Español

3 «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 «Dios bendice a los que son pobres en espíritu y se dan cuenta de la necesidad que tienen de él, porque el reino del cielo les pertenece.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Felices los que tienen el espíritu del pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

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Mateo 5:3
55 Referans Kwoze  

Pues todo esto ha hecho mi mano, y es mío todo esto, dice el Señor; ¿y a quién miraré sino al humilde y tranquilo y tembloroso de mis palabras?


Contumelia al varón humilla; y a los de humilde sentir afianza con gloria el Señor.


Te confesaré en congregación mucha; en pueblo grave(d) te alabaré.


Mejor el manso con humildad, que quien reparte despojos con contumeliosos.


Dígoos: bajó éste justificado a su casa, antes que el otro; pues todo el que se exaltare, humillado será, y el que se humillare, exaltado será».


y si se arrepintiere mi pueblo, sobre los que está invocado mi nombre, sobre ellos; y oraren y buscaren mi rostro y se volvieren de sus caminos los malos, yo escucharé del cielo y propicio seré a sus pecados y sanaré su tierra.


Esto dice el Altísimo en alturas, habitando el siglo, Santo en santo(b) , su nombre; Altísimo, en santos reposando; y a pusilánimes dando longanimidad, y dando vida a los del corazón quebrantados.


Oíd, hermanos míos amados: ¿no ha elegido Dios a los pobres para el mundo, ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?


Espíritu del Señor sobre mí; por lo cual me ha ungido; a evangelizar pobres enviádome, a sanar quebrantados de corazón, a predicar a cautivos perdón, y a ciegos, vista;


indican que se ha conmovido tu corazón, y se ha humillado ante mí tu rostro al oír mis palabras sobre este lugar y los habitantes de él y te has humillado delante de mí y rasgado tus vestiduras y llorado delante de mí; yo he oído —dice el Señor,


Si te ha anunciado un hombre ¿qué, hermoso(c) o qué el Señor pide de ti sino hacer juicio y amar misericordia y pronto estar a caminar con el Señor, tu Dios?


Y él dijo: «Sí, por cierto, bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y guardan».


Load, niños, al Señor; load su nombre.


Bienaventurado el varón el que no anduvo en consejo de impíos; y en camino de pecadores no paró; y en asiento de pestes(a) no se sentó;


Por donde me he menospreciado a mí mismo, y me tengo yo a mí mismo por tierra y ceniza».


En aquel tiempo, respondiendo(k) Jesús, dijo: «Ensálzote, Padre, señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes(l) , y reveládolas a los pequeñuelos(m) .


«Espíritu de Señor sobre mí: por lo cual me ungió; para evangelizar a pobres me ha enviado;


Y, viendo Jesús, indignóse, y díjoles: «Dejad a los niñitos venir a mí; no les estorbéis, porque de los tales es el Reino de Dios.


De vosotros, empero, felices los ojos porque miran, y las orejas, porque oyen.


Y de nuevo aguardará Dios a lastimarse de vosotros; y por esto se exaltará para apiadarse de vosotros; por esto: porque juez, Señor, vuestro Dios; bienaventurados, los que quedan con él—.


Grande, nuestro Señor; y grande, su fuerza; y de su entendimiento no hay número.


Y como fuese atribulado, buscó el rostro de Dios su Señor y humillóse sobremanera a la faz de Dios, de sus padres.


Del modo que ansía el ciervo por las fuentes de las aguas, tal ansía mi alma por ti, Dios.


Coged enseñanza, no sea que se aíre el Señor y perezcáis de vía justa. Cuando se inflamare, en breve su furor, bienaventurados todos los confiados en él.


Y no se humilló delante del Señor como se humilló Manasés, su padre; pues su hijo Amón colmó las prevaricaciones.


Bienaventurado el varón que sobrelleva tentación; porque después de probado, recibirá la corona de la vida; que ha prometido el Señor a los que le aman.


Dícele Jesús: «¿Porque me has visto, has creído? Bienaventurados los que no han visto, y creído».


Bienaventurado aquel siervo, a quien, viniendo su Señor, hallare así haciendo.


verdad de la tierra ha brotado; y justicia, desde el cielo, asomádose.


Y recordarás todo el camino que te trajo el Señor, tu Dios, estos cuarenta años en el desierto, para afligirte y tentarte, y conocer lo de dentro de tu corazón: si guardarás sus mandamientos, o no.


el rico; empero, en su bajeza(f) ; pues, como flor de heno pasará.


he aquí, sobre(a) las palabras de su oración; y como le oyó; y todos sus pecados, y sus apostasías, y los lugares en que edificó, en ellos, las alturas y puso allí silvas y esculturas, antes de convertirse; he aquí escrito está sobre las palabras de los videntes(b) .


Bienaventurados los que lavan sus estolas, para que sea su potestad sobre el leño de la vida; y, para que por las puertas entren en la ciudad.


Y díceme: «Escribe»: Bienaventurados los al festín de las nupcias del Cordero llamados». Y díceme: «Estas las palabras verdaderas de Dios son».


Entonces dirá el Rey a los de su derecha. «Venid, los benditos de mi Padre, heredad el reino dispuesto para vosotros desde fundación de mundo.


«Muchas veces han guerreado contra mí; de mi juventud —diga ahora Israel—;


y bienaventurado es, quien no se escandalizare en mí».


Y os digo que muchos de oriente y occidente vendrán y recostaránse(b) con Abraham e Isaac y Jacob, en el reino de los cielos;


diciendo: «Arrepentíos; que cerca está el reino de los cielos».


Y Jesús dijo: «Dejad a los pequeñuelos y no les estorbéis venir a mí; que de tales es el reino de los cielos».


y yo dispóngoos, según me ha dispuesto mi Padre, un reino,


para que comáis y bebáis sobre mi mesa en mi reino y os sentéis sobre tronos, juzgando a las doce tribus de Israel.


Porque dices: que «rico soy y estoy enriquecido y de nada necesidad tengo»; y no sabes que tú eres el desventurado, y el miserando, y mendigo, y ciego y desnudo;


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