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Lucas 15:24 - Biblia Septuaginta al Español

24 porque este hijo mío muerto era y ha revivido; estaba perdido, y ha sido hallado». Y empezaron a gozar.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 porque este hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y ahora ha sido encontrado”. Entonces comenzó la fiesta.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado. Y comenzaron la fiesta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir; estaba perdido, y fue hallado. Y comenzaron a regocijarse.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado'. Y comenzaron a celebrar la fiesta con alegría.

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Lucas 15:24
34 Referans Kwoze  

y, estando nosotros muertos por las caídas, convivificónos en el Cristo (por gracia habéis sido salvados);


«Lo perdido buscaré; y lo errante volveré; y lo quebrantado vendaré; y lo desfallecido fortaleceré; y lo fuerte guardaré, y las apacentaré con juicio.»


Y a vosotros, muertos estando en las caídas y el prepucio(a) de la carne vuestra, convivificó con él, condonándonos todas las caídas;


porque ha venido el Hijo del hombre a buscar y salvar lo perdido».


Y a vosotros, estando muertos por vuestras caídas y pecados;


«¿Qué hombre de entre vosotros, teniendo cien ovejas y perdiendo de entre ellas una, no abandona las noventa y nueve en el desierto y va tras la perdida, hasta hallarla?


pero gozarse y alegrarse era menester, porque tu hermano éste muerto era y ha revivido, y perdido y ha sido hallado».


Así también vosotros considerad que estáis muertos ciertamente al pecado, vivientes, empero, a Dios en Cristo Jesús (Señor nuestro).


Pues la ley del espíritu de la vida en Cristo Jesús te libertó de la ley del pecado y de la muerte.


Gozar con los que gozan; llorar con los que lloran.


y congregados por el Señor; y volverán y vendrán a Sión, con alegría, y alegría eterna, sobre sus cabezas; pues sobre sus cabezas, loor y alborozo; y alegría los cogerá: huyó dolor, y tristeza y gemido.


Díjola Jesús: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muriere, vivirá;


Por lo cual dice: Is. 26:19 . Despiértate, el que duermes, y levántate de los muertos; y te iluminará el Cristo.


Y ora padezca un miembro, al par padecen todos los miembros; ora se glorifique un miembro, al par se gozan todos los miembros.


pero la disoluta, viviendo, muerta está.


Pues, si la repulsa de ellos, reconciliación de mundo ¿cuál la recepción; si no vida de muchos?


ni presentéis vuestros miembros armas(e) de iniquidad al pecado, sino presentaos a Dios, cual si de entre muertos viviendo, y vuestros miembros armas de justicia a Dios.


Pues, así como el Padre resucita los muertos y vivifica, así también el Hijo a los que quiere, vivifica.


Y vienen a Betsaida. Y tráenle un ciego, e invócanle que le toque.


Lo flaco no fortalecisteis, y lo enfermo no alimentasteis, y lo quebrantado no vendasteis, y lo errante no volvisteis, y lo perecido no buscasteis; y lo fuerte agobiasteis de trabajo.


Y al ángel de la de Sardis iglesia escribe: «Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y los siete astros(a) : «Sé tus obras: que nombre tienes de que vives, y muerto estás.


Estos son los que, en vuestros ágapes(x) manchas, banqueteando inmedrosamente, a sí mismos pastoreando, nubes inacuosas, por vientos arrastradas; árboles otoñales, infructuosos, dos veces muertos(y) , desarraigados;


He aquí os he dado la potestad de pisar por sobre serpientes y escorpiones, y sobre toda la fuerza del enemigo; y nada os dañará, no.


Y dijo Israel: «Grande es para mí, si aún el hijo mío José vive: yendo veréle, antes de morirme».


para que maméis y os llenéis del pecho de su consolación; para que, después de mamar, os deleitéis en la entrada de su gloria.


Y Jesús dícele: «Sígueme, y deja a los muertos enterrar sus muertos»(e) .


Y díjole: «Deja a los muertos enterrar sus muertos; mas tú, yéndote, anuncia doquiera el reino de Dios».


y traed el becerro el cebado, matad, y, comiendo, gocemos;


Mas estaba su hijo el mayor en el campo. Y, como, viniendo, aproximóse a la casa, oyó sinfonía y danzas,


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