Lucas 10:33 - Biblia Septuaginta al Español

³³ Pero un samaritano, viajando, vino cerca de él, y, viendo, lastimóse,

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

³³ Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia;

Biblia Nueva Traducción Viviente

³³ »Entonces pasó un samaritano despreciado y, cuando vio al hombre, sintió compasión por él.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³³ Un samaritano también pasó por aquel camino y lo vio; pero éste se compadeció de él.

La Biblia Textual 3a Edicion

³³ Pero un samaritano que iba de camino, se acercó a él, y al verlo, fue movido a compasión;

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³³ Pero un samaritano que iba de camino llegó hasta él y, al verlo, se compadeció,

Lucas 10:33 Referans Kwoze

1 Reyes 8:50

y propicio serás a sus iniquidades que han pecado contra ti, y según todas las prevaricaciones que han prevaricado contra ti; y les darás en lástimas a faz de los que les cautivan y se lastimarán de ellos;

Lucas 7:13

Y, viéndola el Señor, lastimóse de ella y díjola: «No llores».

Proverbios 27:10

Amigo tuyo o amigo paterno no abandones; y en la casa de tu hermano no entres desgraciado; mejor, amigo cerca que hermano lejos habitando(e) .

Mateo 18:33

¿no era necesario también apiadarte tú de tu consiervo, como yo también me apiadé de ti?

Mateo 10:5

A éstos doce envió Jesús mandándoles diciendo: «A camino de gentes no os apartéis, y a ciudad de samaritanos no entréis;

Juan 8:48

Respondieron los judíos y dijéronle: «¿No bellamente decimos nosotros que samaritano eres tú, y demonio tienes?»

Juan 4:9

Dice, pues, a él la mujer, la samaritana: «¿Cómo tú que judío eres, a mí de beber pides que mujer samaritana soy?» (Pues no tratan judíos con samaritanos).

Éxodo 2:6

Y, abriendo, vio un niñito llorando en la cesta, y apiadóse de él la hija de Faraón, y dijo: «De los niñitos de los hebreos éste».

Lucas 10:32

Y así mismo también un levita(d) , yendo de camino, viniendo y viendo, pasó de largo.

Lucas 10:34

y, llegándose, fue ligando sus llagas, infundiendo aceite y vino, y, subiéndole en la propia bestia, llevóle a posada y cuidó de él.