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Lucas 1:6 - Biblia Septuaginta al Español

6 Y eran justos ambos delante de Dios, caminando en todos los mandamientos y justicias(d) del Señor intachables.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Zacarías y Elisabet eran justos a los ojos de Dios y cuidadosos en obedecer todos los mandamientos y las ordenanzas del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Ambos eran personas muy cumplidoras a los ojos de Dios y se esmeraban en practicar todos los mandamientos y leyes del Señor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Ambos eran justos delante de Dios, conduciéndose irreprochablemente en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Ambos eran realmente rectos ante Dios y llevaban una conducta intachable en conformidad con todos los mandamientos y órdenes del Señor.

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Lucas 1:6
33 Referans Kwoze  

Y dijo Señor Dios a Noé: «Entra tú y toda tu casa en el arca; pues a ti vi justo a faz mía en esta generación.


Y era Abram de noventa y nueve años, y aparecióse Señor a Abram, y díjole: «Yo soy el Dios omnipotente; camina a faz mía y hazte perfecto.


a fin de haceros intachables e íntegros, hijos de Dios, irreprensibles en medio de una generación torcida y depravada; entre quienes lucís como lumbreras en el mundo;


En esto(b) también yo mismo trabajo por ilesa conciencia tener para con Dios y los hombres siempre.


Y tú, si anduvieres delante de mí, según que anduvo David, tu padre, en santidad de corazón y en rectitud, y haciendo conforme a todo lo que le mandé, y mis preceptos y mis mandamientos guardares;


para confirmar los corazones vuestros, irreprensibles, en santidad delante del Dios y Padre nuestro, en la parusia del Señor nuestro Jesucristo, con todos sus santos.


Un hombre había en región la Ausítide —su nombre Job; y era aquel hombre veraz, intachable, justo, timorato, apartado de toda mala obra.


Y en esto conocemos que le hemos conocido: si sus mandamientos guardamos.


Por lo cual, amados, esto aguardando, empeñaos en que inmaculados e intachables por él hallados seáis en paz.


Y díjole el Señor: «¿Has atendido con tu mente a mi niño Job: que no hay conforme a él sobre la tierra: hombre intachable, veraz, timorato, apartado de toda mala obra?»


Hijitos, nadie os seduzca: el que hace la justicia, justo es, según aquél justo es;


Si supiereis que es justo, conoced que también todo el que hace la justicia, de él ha nacido.


pero ahora ya reconcilió en el cuerpo de su carne, por la muerte, para presentaros santos e inmaculados, e irreprensibles faz a faz de él;


Que nuestra gloriación ésta es: el testimonio de nuestra conciencia de que en santidad y pureza de Dios, y no en sabiduría carnal, sino en gracia de Dios hemos conversado en el mundo; y mucho más con vosotros.


Y aláboos, porque en todo de mí os acordáis, y, según os he enseñado, las enseñanzas retenéis.


Y, fijándose Pablo en el sanedrín, dijo: «Varones hermanos, yo con toda conciencia buena he ministrado a Dios hasta este día».


Mucho ha peregrinado mi alma, con los que odian la paz.


En verdad, sé que así es; porque ¿cómo ha de ser justo un mortal ante el Señor?


«¡Ay de mí, Señor, acuérdate ahora cuanto he andado ante tu faz, en verdad y corazón lleno; y lo bueno en tus ojos he hecho». Y lloró Ezequías con llanto grande.


Y éstas, las Génesis(g) de Noé, hombre justo; perfecto siendo en sus generaciones; a Dios complació Noé.


Y díjoles: «Vosotros sois los que os justificáis a faz de los hombres; pero Dios conoce vuestros corazones, pues, lo en los hombres alto, ¡abominación, a faz del Señor!».


por todo el camino que te ha mandado el Señor, tu Dios, caminar por él, para que viváis y bien os vaya y se prolonguen vuestros días en la tierra que poseeréis.


como hizo David lo recto a faz del Señor: no declinó de todo lo que le mandara todos los días de su vida; tan sólo en palabra de Urías el heteo.


Y no tenían hijo, pues era Elisabet estéril; y ambos avanzados en sus días eran.


Y he aquí que un hombre había en Jerusalén, cuyo nombre, Simeón, y este hombre, justo y timorato, esperando consolación de Israel. Y Espíritu había Santo sobre él,


Pues David dice de él: (16,8-11 ) Delante veía al Señor, a mi faz, por siempre; pues a mi diestra está, porque no me estremezca,


No hay para ti parte ni herencia en esta palabra; que tu corazón no es recto delante de Dios.


a fin de que la justicia(c) de la ley se cumpliese en nosotros, los que, no según carne caminamos, sino según espíritu.


sino al Señor, el Dios de su padre, buscó; en los mandamientos de su padre anduvo; y no cual las obras de Israel.


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