Jueces 14:4 - Biblia Septuaginta al Español4 Y su padre y su madre no conocieron que de Señor es, porque venganza él busca de los filisteos; y en aquel tiempo los filisteos, enseñoreados de Israel. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 19604 Mas su padre y su madre no sabían que esto venía de Jehová, porque él buscaba ocasión contra los filisteos; pues en aquel tiempo los filisteos dominaban sobre Israel. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente4 Su padre y su madre no se daban cuenta de que el Señor estaba obrando en todo esto, con el fin de crear una oportunidad para actuar contra los filisteos, que en ese tiempo gobernaban a Israel. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)4 Su padre y su madre no sabían que eso venía de Yavé, quien quería crear problemas con los filisteos (en ese tiempo Israel estaba sometido a los filisteos). Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion4 Pero su padre y su madre no sabían que esto era designio de YHVH, por cuanto buscaba ocasión contra los filisteos, pues en aquel tiempo los filisteos gobernaban en Israel. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 19754 Su padre y su madre no sabían que esto provenía de Yahveh, que buscaba así un pretexto contra los filisteos, pues por aquel tiempo éstos dominaban en Israel. Gade chapit la |
«Esto dice el Señor: «No subiréis ni guerrearéis con vuestros hermanos los hijos de Israel, vuelva cada cual a su casa; pues de mí ha sido esta palabra.» Y oyeron el verbo del Señor, y cesaron de ir, conforme a la palabra del Señor(e) . (Y el rey Salomón durmiendo está con sus padres y sepultado con sus padres en la ciudad de David. Y reinó Roboam, su hijo, en su lugar en Jerusalén; hijo siendo de dieciséis años, al empezar a reinar; y doce años reinó en Jerusalén. Y nombre de su madre: Naanán, hija de Ana, hijo de Naás, rey de los hijos de Amón. E hizo lo malo a faz del Señor, y no anduvo en el camino de David, su padre. Y hubo un hombre del monte de Efraín, siervo de Salomón, y su nombre, Jeroboam, y nombre de su madre: Sarirá, mujer meretriz. Y diole Salomón en príncipe de báculo sobre los tributos de la casa de José. Y edificó a Salomón la Sarirá en el monte de Efraín. Y tenía trescientos carros de caballos. Este edificó el alcázar en los tributos de la casa de Efraín; éste, cercó la ciudad de David; y estábase alzando sobre el reino. Y buscaba Salomón matarle. Y temió y huyó el mismo a Susakim, rey de Egipto. Y estuvo con él hasta que murió Salomón. Y oyó Jeroboam en Egipto, que ha muerto Salomón; y habló en las orejas de Susakim, rey de Egipto, diciendo: «Despídeme, e iré yo a mi tierra.» Y díjole Susakim: «Pide alguna petición y te daré.» Y Susakim diole a Jeroboam a Anó, hermana de Tekemina, la mayor de su mujer, por mujer. Esta era grande en medio de las hijas del rey; y parióle a Jeroboam a Abiá, hijo de él. Y dijo Jeroboam a Susakim: «De una vez despídeme, y partiré.» Y salió Jeroboam de Egipto, y vino a tierra de Sarirá, la del monte Efraín. Y júntase allí todo el cetro de Efraín. Y edificó allí Jeroboam un valladar. Y enfermó el niñito de él de enfermedad fuerte sobremanera. Y fue Jeroboam a consultar acerca del niñito. Y dijo a Anó, su mujer: «Levántate, ve, pregunta a Dios acerca del niñito: si vivirá de su enfermedad.» Y un hombre había en Selom, y su nombre Aquiá(f) ; y éste era hijo de sesenta años y verbo del Señor con él. Y dijo Jeroboam a su mujer: «Levántate y toma en tu mano, para el hombre de Dios, panes y tortas para los hijos y uva y ánfora de miel.» Y levantóse la mujer y tomó en su mano, para el hombre de Dios, panes y dos tortas para sus hijos, y uva y ánfora de vino para Aquiá. Y el hombre anciano, y sus ojos desmayaban para ver. Y levantóse de Sarirá, y va. Y aconteció: viniendo ella a la ciudad, a Aquiá el selonita, dijo Aquiá al niñito de él: «Sal ahora al encuentro a Anó, la mujer de Jeroboam, y la dirás: «Entra y no te detengas; pues esto dice el Señor: «Duras cosas envío sobre ti.» Y entró Anó al hombre de Dios y díjola Aquiá: «¿Por qué me has traído panes, y uva, y tortas y ánfora de miel? Esto dice el Señor: «He aquí tú te irás de mí, y será entrando tú en la ciudad, en Sarirá, tus jovencillas te saldrán al encuentro y te dirán: «El pequeñuelo ha muerto.» Porque esto dice el Señor: He aquí yo exterminaré de Jeroboam a meante en pared; y serán los muertos de Jeroboam en la ciudad devorarán(g) los perros; y al muerto en el campo devorarán los volátiles del cielo; y el pequeñuelo plañirá: «¡Ay, Señor!» por haberse hallado en él palabra bella acerca del Señor.» Y fuese la mujer como oyó. Y aconteció: como entró en Sarirá, el pequeñuelo murió. Y vínole el clamor al encuentro. Y fue Jeroboam a Síkira, la en el monte Efraín, y congregó allí las tribus de Israel; y subió allí Roboam, hijo de Salomón. Y palabra del Señor vino a Samaías, el elamita, diciendo: «Tómate vestidura nueva, la no ida al agua, y rasgándola diez rasgaduras, darás a Jeroboam y le dirás: «Esto dice el Señor: «Tómate diez rasgaduras para envolverte.» Y tomó Jeroboam; y dijo Samaías: «Esto dice el Señor sobre las diez tribus de Israel.» Y dijo el pueblo a Roboam, hijo de Salomón: «Tu padre ha agravado su yugo sobre nosotros; y agravado las viandas de su mesa; y ahora aligerarás sobre nosotros, y te serviremos.» Y dijo Roboam al pueblo: «Aún tres días, y os responderé palabra.» Y dijo Roboam: «Traedme los ancianos, y me aconsejaré con ellos qué he de responder al pueblo, palabra en el día el tercero.» Y habló Roboam en las orejas de ellos, según que enviara el pueblo a él. Y le dijeron los ancianos del pueblo: «Así te ha hablado el pueblo.» Y disipó Roboam el consejo de ellos y no plugo a faz de él. Y envió y trajo a los colactáneos de él y díjoles: «Esto y esto ha enviado el pueblo a mí, diciendo.» Y dijéronle sus colactáneos: «Así hablarás al pueblo: «La pequeñez mía, más gruesa sobre el lomo de mi padre: mi padre os azotaba con azotes; pero yo os señorearé en escorpiones.» Y plugo la palabra a faz de Roboam; y respondió al pueblo según que le aconsejaran sus colactáneos, los jovencillos. Y dijo todo el pueblo como varón uno, cada cual a su vecino y vociferaron todos, diciendo: «No hay parte para nosotros en David, ni herencia en hijo de Jesé: cada cual a tus tiendas, Israel; pues este hombre ni para príncipe ni para jefe.» Y dispersóse todo el pueblo, de Síkira. Y se fue cada uno a su tienda, y sobrepúsose Roboam, y se fue y subió en su carro y entró en Jerusalén. Y van tras él todo el cetro de Judá y todo el cetro de Benjamín. Y aconteció empezado el año, congregar Roboam a todo varón de Judá y Benjamín; y subió a guerrear contra Jeroboam a Síkira. Y vino palabra del Señor a Samaías, hombre de Dios, diciendo. «Di a Roboam, rey de Judá y a toda la casa de Judá y Benjamín, y a lo restante del pueblo: «Esto dice el Señor: «No subiréis ni guerrearéis contra vuestros hermanos hijos de Israel; volved cada cual a su casa; porque de mí ha venido esta palabra.» Y oyeron el verbo del Señor y detuviéronse para no ir; según la palabra del Señor).