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Juan 8:47 - Biblia Septuaginta al Español

47 El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto vosotros no oís, porque de Dios no sois».

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Biblia Reina Valera 1960

47 El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

47 Los que pertenecen a Dios escuchan con gusto las palabras de Dios, pero ustedes no las escuchan porque no pertenecen a Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

47 El que es de Dios escucha las palabras de Dios; ustedes no las escuchan porque no son de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

47 El que es de Dios, oye las palabras de Dios, por esto no oís vosotros, porque no sois de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

47 El que es de Dios escucha las palabras de Dios. Por eso no escucháis vosotros, porque no sois de Dios'.

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Juan 8:47
17 Referans Kwoze  

Todo el que se desvía y no permanece en la doctrina del Cristo, a Dios no tiene; el que permanece en la doctrina, éste y al Padre y al Hijo tiene.


Díjole, pues, Pilato: «Luego ¿rey eres tú?» Respondió Jesús: «Tú dices; porque rey soy yo. Para esto he nacido y para esto he venido al mundo: a testificar la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz».


En esto manifiestos son los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo el que no hace justicia, no es de Dios; y el que no ama a su hermano.


Pero yo, porque la verdad digo, no me creéis.


Sé que simiente de Abrahán sois; empero buscáisme matar, porque la palabra la mía no cabe en vosotros.


¿Por qué el habla la mía no conocéis? Porque no podéis oír la palabra la mía.


Y decía: «Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí, si no le ha sido dado por el Padre».


Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El benéfico de Dios es; el maléfico no ha visto a Dios.


Todo el que cree que Jesús es el Cristo, de Dios ha nacido; y todo el que ama al engendrante, ama también al engendrado de él.


y pequen los pecadores, y no entenderán, no, todos los pecadores, y los entendidos atenderán.


En verdad, en verdad dígoos que viene la hora y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que hubieren oído, vivirán.


El que me desecha y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue: la palabra que he hablado, aquélla júzgale en el último día.


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