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Juan 3:5 - Biblia Septuaginta al Español

5 Respondióle Jesús: «En verdad, en verdad dígote: si alguno no naciere de agua y Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Jesús le contestó: —Te digo la verdad, nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace de agua y del Espíritu.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Jesús le contestó: 'En verdad te digo: El que no renace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo: El que no nazca de agua° y Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Jesús respondió: 'De verdad te aseguro: quien no nace de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.

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Juan 3:5
35 Referans Kwoze  

Y Pedro a ellos: «Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo, en remisión de vuestros pecados, y recibiréis el don del Santo Espíritu.


para santificarla, purificando con el lavacro del agua en palabra;


Como también a vosotros una imagen(g) , ahora salva: el bautismo: no de carne ablución, de inmundicia; sino de conciencia buena seguridad para con Dios, por resurrección de Jesucristo;


Y esto algunos habéis sido; empero lavóseos; empero santificóseos; empero justificóseos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.


Yo os bautizo en agua para arrepentimiento: pero el que después de mi viene, más fuerte que yo es, cuyas sandalias no soy bastante a llevar, él os bautizará en Espíritu Santo y fuego;


Respondió Jesús y díjole: «En verdad, en verdad, dígote: si alguno no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios».


El creyente y bautizado, se salvará; mas, el increyente, se condenará.


Mas nosotros, no el espíritu del mundo hemos recibido, porque sepamos lo por Dios agraciado a vosotros;


que, no de sangres(c) ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios han nacido.


Todo el que cree que Jesús es el Cristo, de Dios ha nacido; y todo el que ama al engendrante, ama también al engendrado de él.


Si supiereis que es justo, conoced que también todo el que hace la justicia, de él ha nacido.


Pues ni circuncisión algo es, ni prepucio, sino nueva criatura.


Que no es el reino de Dios comida y bebida, sino justicia, y paz, y gozo en Espíritu Santo;


Partiendo pues, enseñad a todas las gentes, bautizándoles en el nombre del Padre, y del Hijo y del Santo Espíritu,


y dijo: «En verdad dígoos; si no os mudareis e hiciereis como los pequeñuelos, no entraréis, no, en el reino de los cielos».


según presciencia de Dios Padre, en santificación de Espíritu, para obediencia, y aspersión de sangre de Jesucristo: gracia a vosotros y paz acreciéntese.—


Arrepentíos, pues, y convertíos, a que del todo se borren vuestros pecados, para que vengan tiempos de refrigerio desde faz del Señor,


Que no, dígoos; empero, si no os arrepintiereis, todos así mismo pereceréis.


Porque os digo que, si no abundare vuestra justicia más que la de los escribas y fariseos, no entraréis, no, en el reino de los cielos.»


Pues la ley del espíritu de la vida en Cristo Jesús te libertó de la ley del pecado y de la muerte.


«Luchad por entrar por la estrecha puerta; pues muchos, dígoos, buscarán cómo entrar, y no podrán.


Que no, dígoos; empero si no os arrepintiereis, todos del mismo modo pereceréis».


Y de nuevo os digo: más fácil es que un camello por ojo de aguja entre(e) que un rico, en el reino de Dios.»


«¿Quién de los dos hizo la voluntad del padre?» Dicen: «el último». Díceles Jesús: «En verdad dígoos que los publicanos y las rameras se adelantan a vosotros al reino de Dios».


Pues cada uno(p) con fuego será salado; y cada víctima con sal será salada.


Y, viendo Jesús, indignóse, y díjoles: «Dejad a los niñitos venir a mí; no les estorbéis, porque de los tales es el Reino de Dios.


Dice a él Nicodemo: «¿Cómo puede un hombre nacer, anciano siendo? ¿Acaso puede en el vientre de su madre segunda vez entrar y nacer?»


Pero esto digo, hermanos, que carne y sangre, reino de Dios poseer no pueden, ni la corrupción la incorruptibilidad posee.


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