Génesis 24:50 - Biblia Septuaginta al Español50 Y respondieron Labán y Batuel: «De Señor ha salido esta disposición: no podemos, pues, fuera de lo que le place, decirte nada. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196050 Entonces Labán y Betuel respondieron y dijeron: De Jehová ha salido esto; no podemos hablarte malo ni bueno. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente50 Entonces Betuel y Labán respondieron: —Es evidente que el Señor te trajo hasta aquí, así que no hay nada que podamos decir. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)50 Labán y Batuel respondieron: 'En todo esto está la mano de Yavé, y no tenemos nada que añadir. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion50 Y respondiendo Labán y Betuel, dijeron: De parte de YHVH ha salido el asunto. No podemos decirte ni mal ni bien. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197550 Respondieron Labán y Betuel: 'De Yahveh ha salido esto. Nosotros no podemos decirte ni bien ni mal. Gade chapit la |
«Esto dice el Señor: «No subiréis ni guerrearéis con vuestros hermanos los hijos de Israel, vuelva cada cual a su casa; pues de mí ha sido esta palabra.» Y oyeron el verbo del Señor, y cesaron de ir, conforme a la palabra del Señor(e) . (Y el rey Salomón durmiendo está con sus padres y sepultado con sus padres en la ciudad de David. Y reinó Roboam, su hijo, en su lugar en Jerusalén; hijo siendo de dieciséis años, al empezar a reinar; y doce años reinó en Jerusalén. Y nombre de su madre: Naanán, hija de Ana, hijo de Naás, rey de los hijos de Amón. E hizo lo malo a faz del Señor, y no anduvo en el camino de David, su padre. Y hubo un hombre del monte de Efraín, siervo de Salomón, y su nombre, Jeroboam, y nombre de su madre: Sarirá, mujer meretriz. Y diole Salomón en príncipe de báculo sobre los tributos de la casa de José. Y edificó a Salomón la Sarirá en el monte de Efraín. Y tenía trescientos carros de caballos. Este edificó el alcázar en los tributos de la casa de Efraín; éste, cercó la ciudad de David; y estábase alzando sobre el reino. Y buscaba Salomón matarle. Y temió y huyó el mismo a Susakim, rey de Egipto. Y estuvo con él hasta que murió Salomón. Y oyó Jeroboam en Egipto, que ha muerto Salomón; y habló en las orejas de Susakim, rey de Egipto, diciendo: «Despídeme, e iré yo a mi tierra.» Y díjole Susakim: «Pide alguna petición y te daré.» Y Susakim diole a Jeroboam a Anó, hermana de Tekemina, la mayor de su mujer, por mujer. Esta era grande en medio de las hijas del rey; y parióle a Jeroboam a Abiá, hijo de él. Y dijo Jeroboam a Susakim: «De una vez despídeme, y partiré.» Y salió Jeroboam de Egipto, y vino a tierra de Sarirá, la del monte Efraín. Y júntase allí todo el cetro de Efraín. Y edificó allí Jeroboam un valladar. Y enfermó el niñito de él de enfermedad fuerte sobremanera. Y fue Jeroboam a consultar acerca del niñito. Y dijo a Anó, su mujer: «Levántate, ve, pregunta a Dios acerca del niñito: si vivirá de su enfermedad.» Y un hombre había en Selom, y su nombre Aquiá(f) ; y éste era hijo de sesenta años y verbo del Señor con él. Y dijo Jeroboam a su mujer: «Levántate y toma en tu mano, para el hombre de Dios, panes y tortas para los hijos y uva y ánfora de miel.» Y levantóse la mujer y tomó en su mano, para el hombre de Dios, panes y dos tortas para sus hijos, y uva y ánfora de vino para Aquiá. Y el hombre anciano, y sus ojos desmayaban para ver. Y levantóse de Sarirá, y va. Y aconteció: viniendo ella a la ciudad, a Aquiá el selonita, dijo Aquiá al niñito de él: «Sal ahora al encuentro a Anó, la mujer de Jeroboam, y la dirás: «Entra y no te detengas; pues esto dice el Señor: «Duras cosas envío sobre ti.» Y entró Anó al hombre de Dios y díjola Aquiá: «¿Por qué me has traído panes, y uva, y tortas y ánfora de miel? Esto dice el Señor: «He aquí tú te irás de mí, y será entrando tú en la ciudad, en Sarirá, tus jovencillas te saldrán al encuentro y te dirán: «El pequeñuelo ha muerto.» Porque esto dice el Señor: He aquí yo exterminaré de Jeroboam a meante en pared; y serán los muertos de Jeroboam en la ciudad devorarán(g) los perros; y al muerto en el campo devorarán los volátiles del cielo; y el pequeñuelo plañirá: «¡Ay, Señor!» por haberse hallado en él palabra bella acerca del Señor.» Y fuese la mujer como oyó. Y aconteció: como entró en Sarirá, el pequeñuelo murió. Y vínole el clamor al encuentro. Y fue Jeroboam a Síkira, la en el monte Efraín, y congregó allí las tribus de Israel; y subió allí Roboam, hijo de Salomón. Y palabra del Señor vino a Samaías, el elamita, diciendo: «Tómate vestidura nueva, la no ida al agua, y rasgándola diez rasgaduras, darás a Jeroboam y le dirás: «Esto dice el Señor: «Tómate diez rasgaduras para envolverte.» Y tomó Jeroboam; y dijo Samaías: «Esto dice el Señor sobre las diez tribus de Israel.» Y dijo el pueblo a Roboam, hijo de Salomón: «Tu padre ha agravado su yugo sobre nosotros; y agravado las viandas de su mesa; y ahora aligerarás sobre nosotros, y te serviremos.» Y dijo Roboam al pueblo: «Aún tres días, y os responderé palabra.» Y dijo Roboam: «Traedme los ancianos, y me aconsejaré con ellos qué he de responder al pueblo, palabra en el día el tercero.» Y habló Roboam en las orejas de ellos, según que enviara el pueblo a él. Y le dijeron los ancianos del pueblo: «Así te ha hablado el pueblo.» Y disipó Roboam el consejo de ellos y no plugo a faz de él. Y envió y trajo a los colactáneos de él y díjoles: «Esto y esto ha enviado el pueblo a mí, diciendo.» Y dijéronle sus colactáneos: «Así hablarás al pueblo: «La pequeñez mía, más gruesa sobre el lomo de mi padre: mi padre os azotaba con azotes; pero yo os señorearé en escorpiones.» Y plugo la palabra a faz de Roboam; y respondió al pueblo según que le aconsejaran sus colactáneos, los jovencillos. Y dijo todo el pueblo como varón uno, cada cual a su vecino y vociferaron todos, diciendo: «No hay parte para nosotros en David, ni herencia en hijo de Jesé: cada cual a tus tiendas, Israel; pues este hombre ni para príncipe ni para jefe.» Y dispersóse todo el pueblo, de Síkira. Y se fue cada uno a su tienda, y sobrepúsose Roboam, y se fue y subió en su carro y entró en Jerusalén. Y van tras él todo el cetro de Judá y todo el cetro de Benjamín. Y aconteció empezado el año, congregar Roboam a todo varón de Judá y Benjamín; y subió a guerrear contra Jeroboam a Síkira. Y vino palabra del Señor a Samaías, hombre de Dios, diciendo. «Di a Roboam, rey de Judá y a toda la casa de Judá y Benjamín, y a lo restante del pueblo: «Esto dice el Señor: «No subiréis ni guerrearéis contra vuestros hermanos hijos de Israel; volved cada cual a su casa; porque de mí ha venido esta palabra.» Y oyeron el verbo del Señor y detuviéronse para no ir; según la palabra del Señor).