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Eclesiastés 9:8 - Biblia Septuaginta al Español

8 En todo tiempo sean tus vestiduras albas(i) ; y óleo a tu cabeza no falte;

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

8 En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 ¡Vístete con ropa elegante y échate un poco de perfume!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Lleva siempre ropas blancas y que nunca falte el óleo para perfumar tu cabeza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 En todo tiempo sean blancas tus vestiduras, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Lleva en todo tiempo blancas vestiduras, y no falte el perfume en tu cabeza.

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Eclesiastés 9:8
15 Referans Kwoze  

Y las milicias las del cielo, seguíanle sobre corceles esplendorosos, vestidas de biso esplendoroso, puro.


y diósela vestirse de biso esplendente, puro; pues el biso las justicias de los santos son».


Después de esto vi, y he aquí turba mucha que contarla nadie podía, de toda gente, y tribus, y pueblos y lenguas, estantes a faz del trono y a faz del Cordero, vestidos de estolas albas, y palmas en sus manos.


(He aquí vengo como ladrón: bienaventurado el que vela y cuida sus vestiduras, para no desnudo andar y que vean su vergüenza).


pan de regalo no comí; y carne y vino no entró en mi boca; con óleo no me ungí, hasta que terminé las tres semanas de días.


Este recibirá bendición del Señor, y misericordia de Dios, su salvador.


Y Mardoqueo salió vestido de la regia veste, y corona llevando áurea, y diadema, y bísino purpúreo; y viendo los de Susa regocijáronse.


Y Mefiboset, hijo del hijo de Saúl, bajó al encuentro del rey; y no curara sus pies, ni cortara sus uñas, ni hiciera su barba; y sus vestidos no lavara desde el día que se fue el rey hasta el día que él llegó en paz.


Pero tú te bañarás y te ungirás y te pondrás tu vestidura sobre ti; y subirás a la era; no seas conocida del varón hasta acabar él de comer y beber.


Tú, empero, ayunando, unge tu cabeza y lava tu rostro;


los que beben el defecado vino y con primeros ungüentos se ungen; y no padecían nada en(e) el quebranto de José.


Y envió Joab a Tecué y tomó de allí una mujer sabia y díjole: «Enlútate ahora y vístete vestiduras de luto, y no te unjas con óleo, y serás como mujer llorando sobre un muerto, de esto muchos días;


Con óleo mi cabeza no has ungido; pero ella con ungüento ha ungido mis pies.


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