2 Y ordenó el rey congregar a los encantadores, y los magos y los benéficos de los caldeos, que anunciaran al rey sus ensueños; y, viniendo, presentáronse ante el rey.
2 El rey ordenó convocar a los magos, adivinos, brujos y astrólogos para que le explicaran el sueño que había tenido; vinieron y se presentaron ante el rey.
2 Hizo llamar el rey a los magos, astrólogos, hechiceros y caldeos,° para que interpretaran el sueño del rey. Vinieron pues y se presentaron ante el rey,
2 El rey mandó llamar a los magos y adivinos, a los hechiceros y a los caldeos, para que le explicaran aquel sueño. Vinieron, pues, y se presentaron ante el rey.
y en toda palabra y entendimiento y enseñanza, cuanto preguntóles el rey, hallóles más sabios diez veces sobre los sabios y los filósofos los de todo su reino; y glorificólos el rey y constituyólos príncipes, y los manifestó sabios más que todos los de él, en negocios en toda la tierra de él y en todo el reino de él.
a quien dije: «Baltasar, príncipe de los encantadores, al que yo conozco, que espíritu de Dios, Santo en ti, y todo misterio no te es imposible; oye la visión de mi ensueño que vi, y la interpretación de él dime](a) .
Y amaneció y turbóse su alma; y envió y llamó a todos los intérpretes de Egipto y a todos los sabios de él; y refirióles Faraón el sueño, y no había quién los interpretase a Faraón.
Y respondieron los caldeos ante el rey que: «Nadie de los sobre la tierra podrá decir al rey lo que ha visto, según tú preguntas; y todo rey y todo potentado, semejante cosa no pregunta a todo sabio y mago y caldeo;
Y se turbará el espíritu de los egipcios en ellos; y su consejo disiparé; y consultarán a sus dioses y sus simulacros y a los que desde el suelo vocean y a los ventrílocuos.
Y si os dijeren: «Buscad a los ventrílocuos, y a los que, de la tierra, vocean, los vaniparlantes, los que, del vientre vocean— ¿acaso la gente a su dios no preguntará?». —¿Qué preguntarán, acerca de los vivos, a los muertos?
jovencillos intachables y esbeltos y entendidos en toda sabiduría y letrados y prudentes y sabios y capaces de estar en la casa del rey, y de enseñarles letras, lengua de caldeos;
Y llamaron los filisteos a los sacerdotes, y a los adivinos y a los hechiceros de ellos, diciendo: «¿Qué haremos con el arca del Señor? Manifestádnos a qué lugar la enviemos.»