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Apocalipsis 6:12 - Biblia Septuaginta al Español

12 Y vi, cuando abrió el sello el sexto, y terremoto grande fue, y el sol fue tornándose negro cual cilicio(e) , y la luna entera fue tornándose cual sangre,

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Biblia Reina Valera 1960

12 Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Mientras yo miraba, el Cordero rompió el sexto sello, y hubo un gran terremoto. El sol se volvió tan oscuro como tela negra, y la luna se volvió tan roja como la sangre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Y mi visión continuó. Cuando el Cordero abrió el sexto sello, se produjo un violento terremoto, el sol se puso negro como vestido de luto, la luna entera se tiñó como de sangre

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y vi cuando abrió el sexto sello, y° hubo un gran terremoto,° y el sol se volvió negro como tela de crin, y la luna entera se volvió como sangre,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Cuando abrió el sexto sello, vi sobrevenir un gran terremoto, el sol se volvió negro como un tejido de crin, la luna, toda ella se volvió de sangre

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Apocalipsis 6:12
31 Referans Kwoze  

Y al punto, después de la tribulación de aquellos días el sol se entenebrecerá, y la luna no dará su esplendor, y los astros caerán del cielo, y los poderes(k) de los cielos se estremecerán.


A su(b) faz, desfallecerá la tierra; y se estremecerá el cielo; el sol y la luna se obscurecerán; y los astros depondrán su fulgor(c) .


Y el Señor, desde Sión, clamará; y, desde Jerusalén, dará su voz; y temblará el cielo y la tierra; y el Señor perdonará a su pueblo, y confortará a los hijos de Israel.


Y será en aquel día, dice el Señor: se pondrá el sol al mediodía, y se obscurecerá, sobre la tierra, de día la luz;


Y hubo relámpagos, y voces, y truenos; y terremoto hubo grande, cual no hubo desde que hombres hubo sobre la tierra, tamaño terremoto, tan grande.


Y en aquella hora hubo temblor grande, y el décimo de la ciudad cayó, y muertos fueron, en el terremoto, nombre de hombres(g) millares siete, y los demás medrosos tornáronse y dieron gloria al Dios del cielo(h) .


Vestiré el cielo de tinieblas, y como saco pondré su manto.


de parte del Señor de los ejércitos, pues visitación habrá, con trueno, y terremoto y voz grande: tormenta descargándose y llama de fuego devoradora.


Y recibió el ángel el turíbulo, e hinchióle del fuego del altar, y lanzó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos y temblor.


Y se derretirá el ladrillo y caerá el muro(f) ; porque reinará el Señor, desde Sión y desde Jerusalén y a faz de los ancianos glorificado será.


Porque se levantará gente contra gente(c) y reino contra reino; y habrá hambres, y pestes y terremotos aquí y allí;


Y siendo hora sexta, tinieblas fueron sobre toda tierra hasta hora nona,


Y he aquí un terremoto hubo grande; pues un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegándose, echó a rodar la piedra y sentóse sobre ella.


Y el centurión y los que con él guardaban a Jesús, viendo el terremoto(m) y lo acontecido, temieron muy mucho, diciendo: «Verdaderamente, Hijo de Dios era éste».


Pero, desde la sexta hora tinieblas fueron sobre toda la tierra hasta hora nona.


y se obstruirá la hondonada de mis montes; y se adherirá(b) la hondonada de los montes, hasta Jasod; y se obstruirá tal como se obstruyó en los días del terremoto, en días de Ozías, rey de Judá(c) . Y vendrá el Señor, mi Dios y todos los santos con él.


Palabra de Amós que fueron hechas en Acarim, en Tecúe, que vio sobre Jerusalén en días de Ozías, rey de Judá; y en días de Jeroboam, de Joás, rey de Israel; dos años antes del terremoto.


Y derretiránse todas las virtudes de los cielos; y arrollado será, como libro, el cielo; y todas las estrellas caerán, como hojas de vid; y, como caen hojas, de higuera.


«¡Ay de ti, Corazaín! ¡ay de ti, Betsaida; que, si en Tiro y Sidón, se hicieran los poderes, los hechos en vosotras, mucho ha, en saco y ceniza se hubieran arrepentido.


Y el cuarto ángel trompeteó: y fue herido el tercio del sol y el tercio de la luna y el tercio de los astros, para que se entenebreciera el tercio de ellos, y el día para que no luciera el tercio de él, y la noche asimismo.


Y el cuarto derramó su taza en el sol, y fuele dado abrasar a los hombres en fuego.


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