Apocalipsis 2:18 - Biblia Septuaginta al Español

¹⁸ Y al ángel de la de Tiatira iglesia escribe: «Esto dice el Hijo de Dios, el que tiene los ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes a electro»:

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹⁸ Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto:

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁸ »Escribe esta carta al ángel de la iglesia de Tiatira. Este es el mensaje del Hijo de Dios, el que tiene los ojos como llamas de fuego y los pies como bronce pulido:

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁸ Escribe al ángel de la Iglesia de Tiatira: Así habla el Hijo de Dios, cuyos ojos son como llama de fuego y cuyos pies parecen de bronce brillante:

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁸ Escribe al ángel de la iglesia en Tiatira:° Esto dice el Hijo de Dios, el que tiene sus ojos como llama de fuego y sus pies semejantes al bronce bruñido:

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁸ Al ángel de la Iglesia de Tiatira escribe: 'Esto dice el Hijo de Dios, el que tiene los ojos como llama de fuego y los pies semejantes al bronce brillante:

Apocalipsis 2:18 Referans Kwoze

Apocalipsis 1:11

diciendo: «Lo que miras, escribe en libro y envía a las siete iglesias: a éfeso, y a Esmirna, y a Pérgamo, y a Tiatira, y a Sardis, y a Filadelfia y a Laodicea»:

Juan 1:14

Y el Verbo carne se hizo y habitó en nosotros, y hemos visto su gloria, gloria de Unigénito de Padre; —lleno de gracia y verdad.

Mateo 3:17

Y he aquí una voz de los cielos, diciendo: «Este es el hijo mío, el amado, en quien me he complacido.»

Salmos 2:7

anunciando el precepto del Señor. El Señor díjome: «Hijo mío eres tú: yo hoy te he engendrado;

Romanos 8:32

Pues, aquél que al propio Hijo no perdonó, sino por nosotros todos entrególe ¿cómo no ya, también con él, con todas las cosas nos agraciará?

Romanos 1:4

el declarado Hijo de Dios, en poder, según espíritu de santificación por resurrección de muertos: Jesucristo, Señor nuestro;

Juan 10:36

a quien el Padre santificó, y envió al mundo —¿vosotros decís: que «blasfemas», porque dije: «Hijo de Dios soy?»

Juan 5:25

En verdad, en verdad dígoos que viene la hora y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que hubieren oído, vivirán.

Juan 3:18

El que cree en él, no es juzgado; el que no cree, ya juzgado está, pues no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

Juan 3:16

Pues así ha amado Dios al mundo, que a su Hijo, al unigénito, ha dado, para que, todo el que creyere en él, no perezca, sino tenga vida eterna.

Lucas 1:35

Y, respondiendo el ángel, díjola: «Espíritu santo vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te sombreará; por esto también lo nacido santo será llamado Hijo de Dios.

Mateo 27:54

Y el centurión y los que con él guardaban a Jesús, viendo el terremoto(m) y lo acontecido, temieron muy mucho, diciendo: «Verdaderamente, Hijo de Dios era éste».

Mateo 17:5

Aún hablando él, he aquí una nube luminosa les fue sombreando y he aquí una voz de la nube diciendo: «Este es el Hijo mío, el amado, en quien me he complacido: escuchadle».

Apocalipsis 2:1

Al ángel(a) de la de éfeso iglesia escribe: «Esto dice el que tiene los siete astros en su diestra; el que camina en medio de los siete candelabros los áureos:

Juan 1:49

Respondióle Natanael: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú el rey eres de Israel».

Hechos 8:36

Y como iban por el camino, llegaron a un agua, y dijo el eunuco: «He aquí agua: ¿qué impide sea yo bautizado?»

Daniel 10:6

y su boca, como de mar; y su semblante, como vista de relámpago; y sus ojos, como lámparas de fuego; y sus brazos y pies, como bronce fulgurante; y voz de su habla, como voz de tumulto.

Hechos 16:14

Y una mujer por nombre Lidia, purpurera(d) de ciudad de Tiatira, temiendo a Dios, oía; de quien el Señor abrió el corazón a atender a lo hablado por Pablo.

Apocalipsis 2:24

Y a vosotros digo, los demás de Tiatira, cuantos no tienen esta doctrina; los cuales no han conocido «las profundidades de satanás»; como dicen: no arrojaré sobre vosotros otro peso;