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2 Timoteo 2:12 - Biblia Septuaginta al Español

12 si sufrimos, también conreinaremos; si negáremos, aquél también nos negará;

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Si soportamos privaciones, reinaremos con él. Si lo negamos, él nos negará.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Si sufrimos pacientemente con él, también reinaremos con él. Si lo negamos, también él nos negará.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Si perseveramos, también reinaremos con Él; Si lo negamos, Él también nos negará;°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 si resistimos, también con él reinaremos; si le negamos, también él nos negará;

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2 Timoteo 2:12
29 Referans Kwoze  

Mas, si hijos, también herederos: herederos ciertamente de Dios, coherederos, empero, de Cristo; si es que compadecemos, para ser también conglorificados.


y cualquiera que me negare delante de los hombres, le negaré yo también delante del Padre mío el de los cielos.


Y vi tronos, y sentáronse sobre ellos y juicio dióseles; y(a) las almas de los decapitados por el testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, y los que no adoraron a la bestia ni la imagen de ella y no tomaron la marca sobre la frente y sobre la mano de ellos; y vivieron y reinaron(b) con el Cristo mil años.


Bienaventurado y santo el que tiene parte en la resurrección la primera; sobre éstos la segunda muerte no tiene potestad; sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él mil años.


Pero, el que me negare a faz de los hombres, le renegará a faz de los ángeles de Dios.


y les has hecho, para nuestro Dios, reino y sacerdotes; y reinarán sobre la tierra».


Pues, quien se avergonzare de mí y de mis palabras; —de éste el Hijo del hombre se avergonzará, cuando viniere en la gloria de él, y del Padre y de los santos ángeles.


«Sé dónde habitas: donde el trono de satanás, y tienes mi nombre; y no has negado mi fe; hasta en los días que Antipas mi testigo mi fiel; —que fue muerto entre vosotros, donde satanás habita.


Yo Juan, vuestro hermano y copartícipe en la tribulación, y reino y paciencia, en Jesús, estuve en la isla llamada Patmos, por la palabra de Dios y el testimonio de Jesús;


Pues se han subintroducido algunos hombres, (los de antiguo, prescritos(l) para este juicio)(m) impíos, la de nuestro Dios gracia convirtiendo en lascivia, y al solo amo y señor nuestro Jesucristo negando.


y que no os aterráis en nada por los adversarios; lo que es para ellos señal de perdición, y para vosotros, de salud; y esto de(c) Dios;


Pues, quien se avergonzare de mí y de mis palabras, en esta generación la adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él, cuando viniere en la gloria de su Padre con los ángeles los santos».


Dícele Pedro: «Aunque sea menester morir yo contigo, jamás te negaré». Así dijeron también todos los discípulos.


Sé tus obras. He aquí he dado a faz de ti puerta abierta(e) , que nadie puede cerrarla; porque poca tienes fuerza, y(f) has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.


a fin de que, abundando, no mendaz me haga y diga: «¿Quién me ve(c) ?» o empobrecido, hurte, y jure por el nombre de Dios.


confirmando las almas de los discípulos, exhortando a permanecer en la fe, y que, «por muchas tribulaciones debemos entrar en el reino de Dios».


que «he aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre entregado será a los sumos sacerdotes y a los escribas, y condenaránle a muerte y entregaránle a las gentes.


Y recordó Pedro la palabra de Jesús, diciéndole: que «antes que el gallo cante, tres veces me negarás», y saliendo fuera lloró amargamente.


e hízonos reino, sacerdotes para Dios y su Padre; a él la gloria y el imperio por los siglos de los siglos; amén.


y yo dispóngoos, según me ha dispuesto mi Padre, un reino,


para que comáis y bebáis sobre mi mesa en mi reino y os sentéis sobre tronos, juzgando a las doce tribus de Israel.


Pues, si por la del uno caída, la muerte reinó por el uno; mucho más los que la abundancia de la gracia, y del don y de la justicia reciben, en vida reinarán por el uno: Jesucristo.


Y, si alguno, a los propios, y máximamente a los domésticos, no provee, la fe ha negado y es, más que un infiel, malo.


Porque has guardado la palabra de mi paciencia, también yo te guardaré de la hora de la tentación la que ha de venir sobre el orbe entero, a tentar a los que habitan sobre la tierra.


El que venciere, le daré sentarse conmigo en mi trono; como también yo he vencido y sentándome con mi Padre en su trono.


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