12 Y fue David y tomó los huesos de Saúl y los huesos de Jonatás, su hijo, de los varones de Jabés-Galaad; los que los robaran de la plaza de Betsán; pues los pusieron allí los filisteos en el día que percutieron los filisteos a Saúl en Gelboé.
12 Entonces David fue y tomó los huesos de Saúl y los huesos de Jonatán su hijo, de los hombres de Jabes de Galaad, que los habían hurtado de la plaza de Bet-sán, donde los habían colgado los filisteos, cuando los filisteos mataron a Saúl en Gilboa;
12 fue a ver a la gente de Jabes de Galaad para recuperar los huesos de Saúl y de su hijo Jonatán. (Cuando los filisteos mataron a Saúl y a Jonatán en el monte Gilboa, la gente de Jabes de Galaad robó sus cuerpos de la plaza pública de Bet-sán donde los filisteos los habían colgado).
12 David fue entonces a buscar los huesos de Saúl y de su hijo Jonatán que estaban en Yabés de Galaad. Pues los filisteos habían colgado sus cuerpos en la plaza de Bet-seán después de su victoria sobre Saúl en Guelboé, pero la gente de Yabés de Galaad se los había robado.
12 fue David y tomó los huesos de Saúl y los huesos de su hijo Jonatán de los hombres de Jabes Galaad, quienes los habían quitado furtivamente de la plaza de Bet-san, donde los filisteos los habían colgado el día en que los filisteos mataron a Saúl en Gilboa,
12 se fue a recoger los huesos de Saúl y los de su hijo Jonatán, que estaban en poder de los habitantes de Yabés de Galaad, pues los habían sustraído de la plaza de Betsán, donde los filisteos los habían colgado el día en que derrotaron a Saúl en Gelboé.
Y será Manasés en Isacar y en Aser: Betsán y Yeblaam y sus aldeas; y a los habitantes de Dor y las aldeas de ellos; y a los habitantes de Endor y las aldeas de ella; y a los habitantes de Tenac y las aldeas de ella; y a los habitantes de Magedó y las aldeas de ella; y el tercio de Nofet y las aldeas de ella.
Montes, los de Gelboé, no descienda sobre vosotros el rocío y la lluvia; ¡ni campos de primicias!(e) porque allí ultrajado fue el broquel de poderosos; el escudo de Saúl, cual si ungido no fuese con el óleo.
Y dijo el mozo el que le anunciaba: «Con rodeo rodé por el monte, el Gelboé, y he aquí que vi a Saúl clavado que estaba sobre su dardo; y he aquí los carros y los hiparcas(a) pegados estaban con él.
Y dijo Saúl a su armígero: «Tira de tu espada y mátame en ella; para que no vengan estos incircuncisos y me maten y se mofen de mí.» Y no quería el armígero pues temía sobremanera; y tomó Saúl la espada, y cayó sobre ella.
Y anuncióse a David cuanto hizo Resfá, hija de Ayá, concubina de Saúl; y deshiciéronse y recogiólos Dan, hijo de Joás de los descendientes de los gigantes(e) .
Y vienen los varones de Judea y ungen a David allí para que reine sobre la casa de Judá, y anunciaron a David, diciendo: «Que los varones de Jabés, la galaadita, han sepultado a Saúl.»
Y alzáronse de Galaad, todo varón poderoso, y tomaron el cuerpo de Saúl y el cuerpo de sus hijos y trajéronlos a Jabés y sepultaron los huesos de ellos bajo la encina de Jabés; y ayunaron siete días.