4 El arrasó las alturas; y quebrantó las estatuas; y exterminó las selvas, y la serpiente, la broncínea, que hizo Moisés; pues hasta aquellos días estábanle los hijos de Israel incensando; y llamóla Nohestán(a) .
4 Él quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y cortó los símbolos de Asera, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y la llamó Nehustán.
4 Él quitó los santuarios paganos, destrozó las columnas sagradas y derribó los postes dedicados a la diosa Asera. Hizo pedazos la serpiente de bronce que Moisés había hecho, porque la gente de Israel seguía ofreciéndole sacrificios. La serpiente de bronce se llamaba Nehustán.
4 Hizo desaparecer los Altos Lugares, rompió las piedras paradas, derribó los postes sagrados y destruyó hasta la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta ese entonces los israelitas la llamaban Nejustán y le ofrecían incienso.
4 Él quitó los lugares altos, hizo trizas las estatuas, y taló la Asera. También hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, a la cual la llamó Nehustán,° porque hasta aquellos días los hijos de Israel le quemaban incienso.
4 Él fue quien suprimió los lugares altos, rompió las estelas, taló los aserás y destrozó la serpiente de bronce que había fabricado Moisés, porque hasta aquellos días los israelitas quemaban incienso ante ella. La llamaban Nejustán.
Y cuando se terminó todo esto, salió todo Israel, los hallados en ciudades de Judá, y quebrantaron las estatuas y cortaron las selvas y derrocaron las alturas y las aras de toda la Judea y Benjamín; y de Efraín y de Manasés, hasta el fin; y volvieron todos a Israel, cada uno a su heredad y a sus ciudades.
Y porque me dijiste: «En el Señor Dios confiamos»; ¿acaso este mismo no quitó —Ezequías, las alturas de él y los altares de él, y dijo a Judá y Jerusalén: «Delante de este altar adoraréis en Jerusalén?».
Y madrugaron los varones de la ciudad al alba, y he aquí arrasado estaba el altar de Baal y la selva la sobre él, extirpada; y vieron el becerro, el segundo que ofreció sobre el altar el edificado.
Y aconteció en aquella noche decirle el Señor: «Toma el becerro, el toro que es de tu padre, y becerro segundo de siete años, y arrasarás el altar de Baal, que es de tu padre, y la selva, la junto a él extirparás».
y destruiré vuestras alturas, y borraré vuestros simulacros, y pondré vuestros cadáveres sobre los cadáveres de vuestros ídolos, y os abominará mi alma;
No adorarás los dioses de ellos ni les servirás; no harás según las obras de ellos, sino que, exterminando los exterminarás, y triturando triturarás sus estatuas.
Y volvió y edificó las alturas que derribó Ezequías, su padre y puso estatuas a los baales, e hizo selvas y adoró a toda la milicia del cielo y les sirvió.
Y mandó el rey Acaz a Urías, el sacerdote, diciendo: «Sobre el altar, el grande, ofrece el holocausto matutino y la hostia vespertina; y el holocausto del rey y la hostia de él, y el holocausto de todo el pueblo y la hostia de ellos y la libación de ellos; y toda sangre de holocausto y toda sangre de hostia sobre él derramarás; y el altar el broncíneo será para mí, para la mañana».
Y mandó el rey a Helcías el sacerdote, el grande, y a los sacerdotes del orden segundo y a los guardianes del umbral, sacar fuera del templo del Señor todos los vasos hechos a Baal, y a la selva(c) y a todo el ejército del cielo; y los quemó fuera de Jerusalén, en las campiñas de Cedrón y lanzó sus cenizas a Betel.
Y volvió y edificó las alturas que derribó Ezequías, su padre, y levantó altar a Baal, e hizo las selvas, así como hizo Acab, rey de Israel; y adoró a todo el ejército del cielo y les sirvió.
(Y yo estaba en medio del Señor y de vosotros en aquella sazón, para anunciaros las palabras del Señor; porque temíais a faz del fuego; y no subisteis al monte) diciendo:
Y entró todo el pueblo de la tierra, en casa de Baal y derribólo; y sus altares y sus imágenes destrozaron bien; y a Matán, el sacerdote de Baal, mataron a faz de los altares; y puso el sacerdote guardianes en la casa del Señor.