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2 Corintios 4:4 - Biblia Septuaginta al Español

4 en los que el Dios de este siglo ha cegado los sentidos de los increyentes, para que no (les) esplenda la iluminación del Evangelio de la gloria del Cristo; quien es imagen de Dios;

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Biblia Reina Valera 1960

4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Satanás, quien es el dios de este mundo, ha cegado la mente de los que no creen. Son incapaces de ver la gloriosa luz de la Buena Noticia. No entienden este mensaje acerca de la gloria de Cristo, quien es la imagen exacta de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Se niegan a creer, porque el dios de este mundo los ha vuelto ciegos de entendimiento y no ven el resplandor del Evangelio glorioso de Cristo, que es imagen de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 en los cuales el dios° de este mundo° cegó las mentes de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria del Mesías, quien es imagen de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 en aquellos incrédulos cuya mente obcecó el dios de este mundo, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es imagen de Dios.

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2 Corintios 4:4
42 Referans Kwoze  

Ha cegado de ellos los ojos, y empedernido de ellos el corazón, para que no vean con los ojos y entiendan con el corazón, y se conviertan y les sane.


Empero petrificáronse los sentidos de ellos. Pues hasta el día de hoy, el mismo velo en la lección del Antiguo Testamento queda, no descubierto, porque en Cristo es anulado;


para abrir sus ojos, a fin de que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios, a fin de recibir ellos remisión de pecados y herencia de los santificados por fe, la en mí».


Pues ha engrosado el corazón de este pueblo; y con sus orejas pesadamente han oído; y los ojos han cerrado, para que jamás vean con los ojos y con las orejas oigan, y con el corazón entiendan; y se conviertan; —y los sanaré»(e) .


Sabemos que de Dios somos, y el mundo todo en lo malo yace.


por el Dios que dijo: «De las tinieblas luz resplandezca»; el(b) que ha resplandecido en nuestros corazones para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios; en faz de Cristo.


en que un día habéis caminado según el siglo(a) de este mundo, según el príncipe de la potestad del aire(b) , del espíritu el que ahora opera en los hijos de la desobediencia;


porque no es para nosotros la lucha contra sangre y carne, sino contra los principados, contra las potestades, contra los mundipotentes de estas tinieblas, contra lo espiritual(e) de la malicia, en lo celeste.


Ahora juicio es de este mundo; ahora el príncipe de este mundo arrojado será fuera;


De nuevo, pues, les habló Jesús, diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no se andará, no, en la obscuridad, sino tendrá la luz de la vida».


Dijo, pues, a ellos Jesús: «Todavía un pequeño tiempo la luz en vosotros está. Caminad mientras la luz tenéis, para que la obscuridad, no os coja; y el que camina en la obscuridad no sabe a dónde va.


Ya no muchas cosas hablaré con vosotros; pues viene el del mundo príncipe; y en mí no tiene nada;


Y nosotros todos, a descubierta faz, la gloria de Señor especulando(i) , en la misma imagen somos transformados, de gloria en gloria, como por Señor-Espíritu(j) .


a quienes quiso Dios manifestar cuál(j) la riqueza de la gloria de este misterio, entre las gentes, el que es Cristo entre vosotros: la esperanza de la gloria;


quien es imagen del Dios, el invisible, primogénito de toda criatura;


Otra vez(a) mandamiento nuevo os escribo; lo que es verdadero en él(b) y en vosotros, porque las tinieblas pasan, y la luz la verdadera(c) ya luce.


quien, en forma de Dios subsistiendo, no rapiña consideró el ser igual a Dios;


Y el Verbo carne se hizo y habitó en nosotros, y hemos visto su gloria, gloria de Unigénito de Padre; —lleno de gracia y verdad.


El cual, siendo destello de la gloria e imagen de la substancia de él, y sustentándolo todo con la palabra de su poder, habiendo purificación de los pecados hecho, sentóse a la diestra de la majestad en lo excelso;


aguardando la bienaventurada esperanza y aparición de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo;


y de juicio, porque el príncipe de este mundo juzgado está(a)


Y tenemos una más firme(f) : la profética palabra, a la que bellamente hacéis ateniéndoos, como a lámpara luciendo en tenebroso lugar, hasta que día irradie y lucero nazca en vuestros corazones;


Pues, si lo que es anulado, por gloria(e) , mucho más lo permanente, en gloria(f) .


Empero porque, lo que inmolan las gentes, a demonios, y no a Dios inmolan; y no quiero que vosotros partícipes de los demonios os hagáis.


y el que me ve, ve al que me ha enviado.


Si las obras no hubiese yo hecho en ellos que ningún otro ha hecho, pecado no tuvieran; mas ahora, y han visto y aborrecido; y a mí y a mi Padre.


A Dios nadie ha visto jamás; el unigénito Hijo, el que es dentro al seno del Padre, aquél ha declarado.


y según la muchedumbre de tus conmiseraciones, borra mi iniquidad;


según el Evangelio de la gloria del bienaventurado Dios, que ha sido confiado a mí.


Y díjole el Señor: «¿En qué?» Y dijo: «Saldré y seré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas.» Y dijo: «Engañarás; que también podrás; sal y haz así.»


Y el sobre las espinas sembrado: éste es el que la palabra oye, y el cuidado del siglo y el engaño de las riquezas acaba de ahogar la palabra, e infructuosa se hace.


si pasible el Cristo, si primero de resurrección de muertos, luz ha de anunciar, y al pueblo y a las gentes».


para que no seamos suplantados por Satanás; pues sus pensamientos no desconocemos.


Y, viniendo a la Tróade al Evangelio del Cristo; y, puerta para mí abierta en Señor;


el que se dio por nuestros pecados, a fin de sacarnos del siglo, del presente, malo, según la voluntad de Dios y Padre nuestro;


pero el que odia a su hermano en las tinieblas está y en las tinieblas anda y no sabe a donde va; pues las tinieblas han cegado sus ojos.


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