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Zacarías 3:4 - Biblia Martin Nieto

4 El ángel tomó la palabra y dijo a los que estaban delante: Quitadle de encima esas ropas sucias. Después dijo a Josué: Mira, he quitado de encima de ti tus pecados y te he vestido con vestidos preciosos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Entonces el ángel dijo a los otros que estaban allí: «Quítenle esa ropa sucia». Luego se volvió hacia Jesúa y le dijo: «¿Ya ves? He quitado tus pecados y ahora te voy a dar esta ropa nueva y fina».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Tomó éste la palabra y les ordenó a sus asistantes:

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Éste mandó a los que estaban ante Él, diciendo: ¡Quitadle las vestiduras inmundas! Y a él le dijo: Mira, he quitado de ti el pecado, y te he hecho vestir ropas de gala.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Éste, tomando la palabra, habló así a los que estaban ante él: 'Quitadle las ropas sucias'. Y a él le dijo: 'Mira: te he quitado tu iniquidad'. Y añadió: 'Vestidle vestiduras festivas

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Zacarías 3:4
34 Referans Kwoze  

David dijo a Natán: 'He pecado contra el Señor'. Entonces Natán dijo a David: 'El Señor, por su parte, ha perdonado tu pecado. No morirás.


Miqueas replicó: 'Escucha la palabra del Señor: He visto al Señor sentado en su trono y a toda la corte del cielo alineada a su derecha y a su izquierda.


Purifícame con el hisopo, y quedaré puro; lávame, y quedaré más blanco que la nieve.


Soy yo, soy yo, quien tengo que borrar tus faltas y no acordarme de tus pecados.


He disipado como una nube tus delitos y como nublado tus pecados; vuélvete a mí, pues yo te he redimido.


Despierta, despierta, vístete de tu fuerza, Sión; ponte tus vestidos más espléndidos, Jerusalén, ciudad santa. Pues ya no volverá a entrar en ti el incircunciso ni el impuro.


Yo salto de gozo con el Señor, mi alma se entusiasma con mi Dios, porque me ha puesto los vestidos de la salvación, me ha envuelto en el manto de la justicia, como un recién casado se ciñe la diadema o una novia se adorna con sus joyas.


a dar a todos los afligidos de Sión una diadema en lugar de ceniza, perfume de alegría en lugar del vestido de luto, alabanza en lugar de espíritu abatido. Se les llamará encinas de justicia, plantación del Señor para su gloria.


mudó también sus ropas de cárcel y lo hizo sentar a su mesa los días restantes de su vida.


Os rociaré con agua pura y os purificaré de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos.


Cuando los sacerdotes entren allí no saldrán de este lugar santo al atrio exterior sin haber dejado en él sus vestiduras litúrgicas usadas en el servicio divino, porque estas vestiduras son santas, y sin haberse puesto otras ropas para acercarse a los lugares destinados al pueblo'.


¿Qué Dios hay como tú, que quite el pecado y perdone la culpa al resto de tu herencia? No mantendrá su cólera por siempre, porque ama la misericordia.


Volverá a compadecerse de nosotros, pisoteará nuestros pecados, arrojará nuestras culpas al fondo del mar.


Luego el Señor me hizo ver a Josué, el sumo sacerdote, que estaba delante del ángel del Señor, mientras que Satán estaba a la derecha para acusarle.


Esto dice el Señor todopoderoso: Si sigues mis caminos y guardas mis mandamientos, tú gobernarás mi casa, serás guardián de mis atrios y te haré llegar al rango de estos que están aquí.


Pues ahí está la piedra que he puesto ante Josué: sobre esta única piedra hay siete ojos; yo mismo grabaré su inscripción, palabra del Señor todopoderoso, y borraré el pecado de la tierra en un solo día.


El rey entró para ver a los invitados, reparó en un hombre que no tenía traje de boda


El ángel le contestó: 'Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios, y he sido enviado a hablarte y darte esta buena noticia.


Pero el padre dijo a sus criados: Sacad inmediatamente el traje mejor y ponédselo; poned un anillo en su mano y sandalias en sus pies.


Al día siguiente, Juan vio a Jesús que venía hacia él, y dijo: 'Éste es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.


justicia de Dios mediante la fe en Jesucristo, para todos los creyentes, sin distinción alguna;


Porque el salario del pecado es la muerte; pero el don de Dios es la vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.


Eso erais antes algunos; pero habéis sido lavados, consagrados y justificados en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.


Al que no conoció pecado, le hizo pecado en lugar nuestro, para que nosotros seamos en él justicia de Dios.


para revestiros del hombre nuevo, que se renueva sin cesar a imagen de su creador hasta adquirir el conocimiento perfecto.


Porque perdonaré sus crímenes y no me acordaré más de sus pecados.


En mi visión oí la voz de una multitud de ángeles que estaban alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos; eran miles de miles, millones de millones.


Yo le respondí: 'Señor, tú lo sabes'. Él me dijo: 'Ésos son los supervivientes de la gran persecución, y han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la sangre del cordero.


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