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Salmos 65:5 - Biblia Martin Nieto

5 Dichoso el que tú eliges y llamas junto a ti para que habite en tus atrios; nosotros nos saciaremos de los bienes de tu casa, de las cosas de tu santo templo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia, Oh Dios de nuestra salvación, Esperanza de todos los términos de la tierra, Y de los más remotos confines del mar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Fielmente respondes a nuestras oraciones con imponentes obras, oh Dios nuestro salvador. Eres la esperanza de todos los que habitan la tierra, incluso de los que navegan en mares distantes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Tú nos responderás, como es debido, con maravillas, Dios Salvador nuestro, esperanza de las tierras lejanas y de las islas de ultramar,

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 ¡Nos responderás con terribles proezas de justicia, Oh Dios de nuestra salvación! ¡Esperanza de todos los confines de la tierra, Y de las más lejanas islas del mar!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Dichoso el que tú eliges, y que atraes a morar en tus atrios: nos saciaremos de los bienes de tu casa y de las ofrendas santas de tu templo.

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Salmos 65:5
28 Referans Kwoze  

Los que a la mar se hicieron con sus naves, buscando su negocio en las aguas inmensas,


El Señor es justo en todos sus caminos, leal en todas sus acciones;


Los pobres comerán hasta saciarse, alabarán al Señor los que lo buscan: '¡Viva su corazón eternamente!'.


se sacian de los ricos manjares de tu casa, en el torrente de tus delicias los abrevas.


Ciñe la espada al flanco, oh poderoso, ella es tu brillo y tu esplendor;


decid a Dios: 'Tus obras son maravillosas'. Por la grandeza de tu poder tus enemigos ante ti se rinden;


Dichosos los que viven en tu casa y están siempre alabándote;


has puesto fin a tu furor y has desistido de tu ardiente ira.


Aquella misma noche el ángel del Señor salió e hirió en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil hombres. Por la mañana, al despertar, no se veía más que cadáveres.


Volveos a mí y os salvaréis, confines todos de la tierra, porque yo soy Dios y nadie más.


Haré que llegue de repente mi justicia, mi salvación surgirá como la luz. Mi brazo va a juzgar a los pueblos. En mí esperan las islas, y en mi brazo confían.


Al verlo te pondrás radiante, tu corazón se henchirá de emoción, porque a ti afluirán los tesoros del mar, las riquezas de las naciones llegarán a ti.


Les daré una señal y mandaré a algunos de sus supervivientes a los pueblos de Tarsis, Etiopía, Libia, Mosoc, Ros, Tubal y Yaván; a las islas lejanas, que no han oído hablar de mí ni han visto mi gloria. Ellos publicarán mi gloria entre los pueblos.


El Señor será terrible contra ellos. Aniquilará a todos los dioses de la tierra; se prosternarán ante él, cada uno en su país, todas las islas de las naciones.


En aquel día, palabra del Señor todopoderoso, te tomaré a ti, Zorobabel, hijo de Sealtiel, mi siervo, dice el Señor, y haré de ti como un anillo de sellar; porque yo te he elegido, dice el Señor todopoderoso'.


Hará que desaparezcan los carros de guerra de Efraín y los caballos de Jerusalén, y desaparecerá el arco de guerra. Él anunciará la paz a las naciones y dominará de mar a mar y desde el río hasta los confines de la tierra.


Tú, con tu corazón impenitente y duro, estás amontonando castigos para el día del castigo, cuando se manifieste el justo juicio de Dios,


Él es tu gloria y tu Dios, que ha hecho por ti cosas grandes y hazañas tremendas, que tus mismos ojos han visto.


¿Ha habido un dios que haya ido a buscar una nación en medio de otra a fuerza de tantas pruebas, milagros y prodigios, de violencia, con mano fuerte y brazo poderoso, en medio de tremendas hazañas, como las hizo el Señor, vuestro Dios, por vosotros en Egipto, como todos habéis visto?


Y oí al ángel de las aguas que decía: Tú eres justo; tú, el que es, el que era; tú, el santo, al haber castigado así.


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