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Salmos 63:1 - Biblia Martin Nieto

1 Salmo de David. Cuando estaba en el desierto de Judá

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Oh Dios, tú eres mi Dios; de todo corazón te busco. Mi alma tiene sed de ti; todo mi cuerpo te anhela en esta tierra reseca y agotada donde no hay agua.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Oh Dios, tú eres mi Dios, a ti te busco, mi alma tiene sed de ti; en pos de ti mi carne languidece cual tierra seca, sedienta, sin agua.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá. ¡Oh ’Elohim, Tú eres mi Dios! Te buscaré ansiosamente; Mi alma tiene sed de ti, Mi carne desfallece por ti, En tierra seca y yerma, donde no hay agua.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Salmo. De David. Estando en el desierto de Judá.

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Salmos 63:1
37 Referans Kwoze  

yo esperaré en la estepa del desierto hasta que me llegue alguna noticia de vosotros'.


Es el Señor, nuestro Dios, el que gobierna toda la tierra.


Mas tú recurre a Dios, implora al todopoderoso.


Tú eres mi Dios, yo te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo.


Mi alma se deshace deseando que me salves, yo espero en tu palabra;


enséñame a cumplir tu voluntad, pues tú eres mi Dios; tu espíritu bueno me conduzca por una tierra llana.


tiendo mis manos hacia ti; sediento estoy de ti como una tierra seca.


Oigo los cuchicheos de la gente -terror por todas partes- , se han puesto de acuerdo contra mí y tratan de matarme.


Mis huesos se quebrantan, mis opresores me insultan, y me repiten a lo largo del día: '¿Dónde está tu Dios?'.


oye la voz de mi lamento, Rey mío y Dios mío.


Cuando él los mataba, ellos lo buscaban, se arrepentían y volvían hacia él;


¡Qué hermosa es tu morada, Señor omnipotente!


di al Señor: 'Eres mi fortaleza y mi refugio, eres mi Dios, en quien confío'.


Mi fortaleza y mi cántico es el Señor, él fue mi salvación; él es mi Dios, yo le alabaré; el Dios de mi padre, lo ensalzaré.


Pero el pueblo, sediento, seguía murmurando contra Moisés diciendo: '¿Por qué nos has sacado de Egipto para hacernos morir de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?'.


Yo amo a los que me aman, y los que me buscan con diligencia me encuentran.


Yo os conjuro, hijas de Jerusalén, si encontráis a mi amor, ¿qué le vais a decir? Que enferma estoy de amor. Coro:


Cada uno será como un refugio contra el viento y un abrigo contra la tempestad; como corrientes de agua en tierra seca, como la sombra de una gran peña en tierra ardiente.


la tierra ardiente se trocará en estanque, el suelo sediento en hontanar de aguas; y el cubil donde yacían los chacales se volverá verdor de cañas y de juncos.


Sobre cumbres peladas haré brotar ríos, y fuentes en medio de los valles. Transformaré el desierto en un estanque, la tierra seca en manantiales.


En aquel tiempo -dice el Señor- yo seré el Dios de todas las familias de Israel y ellos serán mi pueblo.


Ésta es la alianza que haré con la casa de Israel después de aquellos días -dice el Señor-: pondré mi ley en su interior, la escribiré en su corazón, y seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


Sí, volveré a mi lugar hasta que se sientan culpables y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.


Y haré pasar por el fuego a esta tercera parte: la purificaré como se purifica la plata, y la probaré como se prueba el oro. Él invocará mi nombre, y yo le escucharé; yo diré: 'Éste es mi pueblo', y él dirá: 'El Señor es mi Dios'.


Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, anda por lugares áridos buscando descanso, y, al no encontrarlo,


Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todo eso se os dará por añadidura.


Jesús le dijo: 'Suéltame, que aún no he subido al Padre; anda y di a mis hermanos que me voy con mi Padre y vuestro Padre, con mi Dios y vuestro Dios'.


El último día, el más solemne de la fiesta, Jesús en pie y en voz alta dijo: 'El que tenga sed, que venga a mí;


Pero el profeta Gad dijo a David: 'No te quedes en el refugio. Vete y entra en la tierra de Judá'. David partió y llegó al bosque de Járet.


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