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Salmos 17:15 - Biblia Martin Nieto

15 Yo, y esto es justicia, contemplaré tu rostro, al despertarme me saciaré de tu presencia.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

15 En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Porque soy recto, te veré; cuando despierte, te veré cara a cara y quedaré satisfecho.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Y yo, como justo, contemplaré tu rostro, y al despertar, me saciaré de tu semblante.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia, Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Por mi parte, en rectitud, podré ver tu presencia y, al despertar, saciarme con tu vista.

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Salmos 17:15
23 Referans Kwoze  

que el hombre que yace no se alzará ya más; se desharán los cielos y no despertará; no surgirá más de su sueño.


El Señor es justo y ama la justicia, los justos contemplarán su rostro.


lo mío serán siempre tus órdenes, pues ellas son la alegría de mi corazón;


Me enseñarás el camino de la vida, plenitud de gozo en tu presencia, alegría perpetua a tu derecha.


Tal es la suerte de los que en sí confían, el fin de los que en sus discursos se recrean:


llevas a la ruina a los mentirosos, al hombre explotador y fraudulento el Señor lo detesta.


Nuestros delitos son más fuertes que nosotros, pero tú nos los perdonas.


Pero revivirán tus muertos, sus cadáveres resucitarán. Despertaos, regocijaos los que yacéis en el polvo; porque rocío de luz es tu rocío, y el país de las sombras dará a luz.


En esto, me desperté y abrí los ojos. Mi sueño había sido agradable.


Yo le hablo cara a cara y a las claras, no en enigmas, y él contempla la figura del Señor. ¿Por qué os habéis atrevido a hablar contra mi siervo Moisés?'.


Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.


Y todos nosotros, con la cara descubierta, reflejando como en un espejo la gloria del Señor, nos transformamos en su misma imagen, resultando siempre más gloriosos, bajo el influjo del Espíritu del Señor.


el cual transformará nuestro cuerpo lleno de miserias conforme a su cuerpo glorioso en virtud del poder que tiene para someter a sí todas las cosas.


Si no os parece bien servir al Señor, escoged hoy a quién queréis servir, si a los dioses a los que sirvieron vuestros padres al otro lado del río o a los dioses de los amorreos, cuya tierra ocupáis; yo y mi casa serviremos al Señor'.


La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que la iluminen, porque la gloria de Dios la ilumina, y su lámpara es el cordero.


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