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Salmos 123:2 - Biblia Martin Nieto

2 Como están los ojos del esclavo fijos en su señor, como están los ojos de la esclava fijos en su señora, así están nuestros ojos fijos en el Señor, nuestro Dios, hasta que se compadezca de nosotros.

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Biblia Reina Valera 1960

2 He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, Y como los ojos de la sierva a la mano de su señora, Así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios, Hasta que tenga misericordia de nosotros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Seguimos buscando la misericordia del Señor nuestro Dios, así como los sirvientes fijan los ojos en su amo y la esclava observa a su ama, atenta al más mínimo gesto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Como los ojos de los siervos se fijan en la mano de su dueño, como miran los ojos de una esclava la mano de su dueña, así miran nuestros ojos al Señor, nuestro Dios, ¿cuándo tendrá piedad de nosotros?

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 He aquí, como los ojos de los siervos miran la mano de sus señores, Y los ojos de la sierva la mano de su señora, Así nuestros ojos miran a YHVH nuestro Dios, Hasta que tenga misericordia de nosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Igual que ojos de siervo hacia la mano del Señor, como los ojos de la esclava hacia la mano de su dueña, así nuestros ojos hacia el Señor Dios nuestro, hasta que él tenga piedad.

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Salmos 123:2
14 Referans Kwoze  

El hombre, viendo que no le podía, le dio un golpe en la articulación del muslo y se la descoyuntó durante la lucha con él.


Tu salvación espero, ¡oh, Señor!


Hacia ti, ¡oh rey, mi señor!, se dirigen los ojos de todo Israel, para que les manifiestes quién se debe sentar en el trono del rey, mi señor, después de él.


Dios nuestro, júzgalos tú, pues nosotros nos sentimos impotentes frente a esta horda ingente que nos asalta. No sabemos qué hacer; nuestros ojos se vuelven a ti'.


mis ojos se deshacen deseando tu promesa; ¿cuándo me vas a consolar?


Tengo mis ojos fijos en el Señor, él sacará mis pies del cepo.


Sobre la necesidad de orar siempre sin desfallecer jamás, les dijo esta parábola:


Las gentes de Gabaón enviaron a decir a Josué al campamento de Guilgal: 'No niegues tu ayuda a tus siervos. Ven rápidamente a salvarnos y defendernos, porque se han coligado contra nosotros todos los reyes amorreos que habitan la montaña'.


Desde ahora mismo sois malditos, y no faltará de entre vosotros el esclavo que corte la leña y lleve el agua para la casa de mi Dios'.


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