Proverbios 31:4 - Biblia Martin Nieto

⁴ No está bien a los reyes, ¡oh Lemuel!, no está bien a los reyes beber vino, ni a los príncipes amar los licores.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁴ No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, Ni de los príncipes la sidra;

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁴ No es para los reyes, oh Lemuel, beber mucho vino. Los gobernantes no deberían ansiar bebidas alcohólicas.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁴ A los reyes, no les conviene, Lemuel, que tomen vino, ni a los príncipes que abusen de licores fuertes,

La Biblia Textual 3a Edicion

⁴ No es de reyes, oh Lemuel, no es de reyes darse al vino, Ni de príncipes al licor.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁴ No conviene a los reyes beber vino ni a los príncipes desear licores,

Proverbios 31:4 Referans Kwoze

1 Reyes 16:9

Conspiró contra él su súbdito Zimrí, jefe de la mitad de los carros de guerra. Estaba en Tirsá bebiendo y borracho, en casa de Arsá, prefecto del palacio de Tirsá,

1 Reyes 20:12

Cuando Ben Hadad se enteró de esta respuesta, estaba con los reyes, bebiendo en las tiendas, y mandó a sus súbditos: '¡A formar!'. Y formaron contra la ciudad.

Ester 1:10

El séptimo día el rey, eufórico por el vino, mandó a Mehumán, Bizzetá, Jarboná, Bigtá, Abagtá, Zetar y Carcás, los siete eunucos que le servían,

Ester 3:15

Los correos se aprestaron a cumplir el mandato del rey. El edicto fue promulgado también en la ciudad de Susa. Mientras el rey banqueteaba, en la ciudad de Susa reinaba la consternación. Ver El Decreto [Est_13,1- 7]

Proverbios 20:1

El vino es pendenciero, los licores insolentes; el que en ellos se pierde no es sabio.

Proverbios 23:34

Serás como un hombre acostado en alta mar o acostado en la punta de un mástil.

Eclesiastés 10:17

Dichosa tú, tierra, que tienes por rey un hijo de nobles, y cuyos príncipes comen a su tiempo para recobrar fuerzas, y no para beber!

Isaías 5:22

¡Ay de los que triunfan en beber vino y son campeones en mezclar bebidas fuertes;

Habacuc 2:5

El vino es ciertamente traicionero; así el hombre soberbio no resiste en pie; el que ensancha como el abismo sus fauces y es insaciable como la muerte querría adueñarse de todas las naciones, tener a todos los pueblos bajo su dominio.