Proverbios 10:15 - Biblia Martin Nieto

¹⁵ La hacienda del rico es su fortín, pero la indigencia del pobre es su pobreza.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹⁵ Las riquezas del rico son su ciudad fortificada; Y el desmayo de los pobres es su pobreza.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁵ La riqueza del rico es su fortaleza; la pobreza del pobre es su ruina.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁵ La fortuna del rico le sirve de defensa, la pobreza del indigente provoca su desgracia.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁵ La riqueza del rico es su torre fuerte, La ruina de los pobres es su pobreza.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁵ La fortuna del rico es su ciudadela; la indigencia es la ruina del pobre.

Proverbios 10:15 Referans Kwoze

Salmos 49:6

¿Por qué voy a temer en días aciagos, cuando me acorralan los explotadores,

Salmos 52:7

Por eso Dios te aplastará, te destruirá para siempre, te sacará de tu tienda, te extirpará de la tierra de los vivos.

Proverbios 14:20

Incluso a su vecino es odioso el pobre, pero el rico tiene muchos amigos.

Proverbios 18:11

La hacienda del rico es su fuerte ciudadela, en su pensamiento es como una muralla elevada.

Proverbios 19:7

Al pobre hasta sus hermanos lo odian, con mayor razón sus amigos se alejan de él; busca las palabras y no las encuentra.

Eclesiastés 7:12

Porque escudo es la sabiduría, y escudo es el dinero; pero la ventaja del saber es que la sabiduría da la vida a quien la posee.

Jeremías 9:23

quien quiera presumir, que presuma de esto: De tener inteligencia y conocerme, porque yo soy el Señor, que hago misericordia, derecho y justicia en la tierra. Sí, esto es lo que me agrada -dice el Señor-.

Marcos 10:24

Los discípulos se quedaron asombrados ante estas palabras. Pero Jesús les repitió: 'Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios!

Lucas 12:19

Luego me diré: Tienes muchos bienes almacenados para largos años; descansa, come, bebe y pásalo bien.

1 Timoteo 6:17

A los ricos de este mundo recomiéndales que no sean orgullosos y que no pongan su esperanza en las riquezas caducas, sino en Dios, que nos provee abundantemente de todas las cosas para que disfrutemos de ellas;