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Lamentaciones 5:16 - Biblia Martin Nieto

16 Ha caído de nuestra cabeza la corona. ¡Ay de nosotros, que hemos pecado!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 Cayó la corona de nuestra cabeza; ¡Ay ahora de nosotros! porque pecamos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Cayeron las guirnaldas de nuestra cabeza. Lloren por nosotros porque hemos pecado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Cayó la corona de nuestra cabeza. ¡Pobres de nosotros, que pecamos!

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Y la corona ha caído de nuestra cabeza. ¡Ay de nosotros, por haber pecado!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Cayó la corona de nuestra cabeza. ¡Ay de nosotros, porque hemos pecado!

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Lamentaciones 5:16
25 Referans Kwoze  

De mi honor me ha despojado, ha quitado la diadema de mi frente.


Y, sin embargo, has rechazado y desechado a tu ungido y te has enfurecido contra él;


La justicia eleva a una nación, mas la injusticia hunde los pueblos.


porque la riqueza no es eterna y un tesoro no se transmite de generación en generación.


Así Jerusalén caerá en ruinas y Judá se hundirá, pues sus palabras y sus hechos se oponen al Señor y desafían su majestad.


Di al rey y a la reina: Sentaos en el suelo, porque ha caído de vuestra cabeza vuestra magnífica corona.


¿No te ha sucedido esto por haber abandonado al Señor tu Dios, cuando él te guiaba por el camino?


Tus iniquidades te castigan, tus infidelidades te condenan. Date cuenta, comprende qué funesto es y qué amargo abandonar al Señor tu Dios, no tener ya temor de mí, dice el Señor Dios todopoderoso.


Ellos entraron y tomaron posesión de ella; pero luego no escucharon tu voz ni caminaron según tu ley; no hicieron nada de cuanto les habías ordenado, y por eso has traído contra ellos toda esta desventura.


Tu conducta, tus acciones te han merecido esto. He ahí tu maldad: amargura es que el corazón te punza.


¡Ay, cómo está postrada en soledad la ciudad tan populosa! Como una viuda se ha quedado la grande entre las naciones. La señora entre las provincias ha sido esclavizada.


Pero el Señor es muy justo, porque yo me rebelé contra sus leyes. ¡Oh, escuchad, pueblos todos, y mirad mi dolor; mis doncellas y mis jóvenes han marchado al destierro!


¡Mira, Señor, en qué angustia me encuentro! Mis entrañas se estremecen, mi corazón se consume en mi interior, pues he sido muy rebelde. Fuera la espada hacía estragos, y dentro la muerte.


Mucho ha pecado Jerusalén, se ha vuelto objeto de horror; todos los que la honraban la desprecian, porque han visto su desnudez. Ella también gime y se vuelve de espaldas.


¡Ay, cómo el Señor en su ira ha cubierto de sombras a la hija de Sión! Ha precipitado del cielo a la tierra la gloria de Israel: ¡No quiere acordarse del estrado de sus pies, en el día de su ira!


Fue por los pecados de sus profetas, por las iniquidades de sus sacerdotes, que en medio de ella derramaban la sangre de los justos.


Pues el rey de Babilonia se ha detenido en una encrucijada donde los dos caminos se dividen, para consultar a la suerte. Ya sacude las flechas, interroga a sus ídolos, examina el hígado.


Por eso voy a castigarte, a destruirte por tus crímenes.


No te acobardes ante lo que vas a sufrir. El diablo va a encarcelar a algunos de vosotros; es para poneros a prueba; sufriréis una prueba de diez días. Sé fiel hasta la muerte, y te daré la corona de la vida.


Mi venida está próxima; guarda bien lo que tienes, para que nadie te quite tu corona.


Se reunieron en Mispá, sacaron agua y la derramaron ante el Señor, ayunaron aquel día y dijeron: 'Hemos pecado contra el Señor'. Y Samuel fue juez de los israelitas en Mispá.


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