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Lamentaciones 4:16 - Biblia Martin Nieto

16 El rostro del Señor los dispersó, no volverá a mirarlos. No hubo respeto para los sacerdotes, ni se tuvo piedad de los ancianos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 La ira de Jehová los apartó, no los mirará más; No respetaron la presencia de los sacerdotes, ni tuvieron compasión de los viejos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 El Señor mismo los dispersó, y ya no los ayuda. La gente no tiene respeto por los sacerdotes y ya no honra a los líderes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 El rostro de Yavé los dispersó, ya no vuelve a mirarlos. No respetaron a los sacerdotes ni tuvieron piedad de los profetas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 [ El rostro de YHVH los ha dispersado, ya no se ocupa de ellos: No hay respeto para el sacerdote,° no hay compasión para los ancianos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Pe. El rostro de Yahveh los dispersó, no volverá a mirarlos. No hubo respeto a los sacerdotes, no se tuvo piedad de los ancianos.

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Lamentaciones 4:16
20 Referans Kwoze  

Maldito su furor, tan violento, y su cólera, tan cruel. Los repartiré en Jacob, los dispersaré en Israel.


El Señor mandó contra ellos al rey de los caldeos, que pasó a espada a sus jóvenes en el santuario mismo, sin perdonar a nadie, ni joven ni virgen, ni anciano ni hombre encanecido. Dios los entregó a todos en sus manos.


que dispersaría a sus descendientes por todos los países y los esparciría entre todos los gentiles.


Él reparó en sus tribulaciones y escuchó sus plegarias;


sacerdote igual que laico, esclavo lo mismo que señor, esclava y señora, comprador y vendedor, prestamista y rentero, acreedor y deudor.


Yo, irritado contra mi pueblo, dejé profanar mi heredad, la abandoné en tus manos; pero tú no tuviste compasión; sobre el anciano cargaste tu pesado yugo.


Y los convertiré en objeto de horror para todos los pueblos de la tierra, a causa de Manasés, hijo de Ezequías, rey de Judá, por los crímenes que perpetuó en Jerusalén.


Pero como a estos higos malos, tan malos que no pueden comerse - dice el Señor-, así trataré yo a Sedecías, rey de Judá, a sus oficiales y al resto de los habitantes de Jerusalén que han quedado en este país o que habitan en el país de Egipto.


El jefe de la escolta apresó al sumo sacerdote, Serayas; al segundo sacerdote, Sofonías, y a los tres guardianes del umbral del templo.


Mira, Señor, y considera: ¿a quién has tratado alguna vez así? ¡Ay! ¡Las madres han comido a sus vástagos, a los hijos de sus caricias! ¡Fueron asesinados en el santuario del Señor sacerdote y profeta!


Ha destrozado su recinto semejante a un jardín, ha derruido el lugar de su reunión. El Señor ha hecho olvidar en Sión fiestas y sábados; ha desechado, en el ardor de su ira, a rey y sacerdotes.


Los príncipes fueron colgados por sus manos y el rostro de los ancianos no ha sido respetado.


Los padres devorarán a sus hijos en medio de ti, y los hijos devorarán a sus padres. Ejecutaré contra ti la sentencia y esparciré a todos los vientos lo que aún quede de ti.


El Señor hará que seas derrotado por tus enemigos; saldrás a su encuentro por un camino, y por siete caminos huirás y serás el espanto de todos los reinos de la tierra.


Yo hubiera querido reducirlos a polvo, / borrar de entre los hombres su memoria;


no como la alianza que hice con sus padres cuando los tomé de la mano y los saqué de Egipto, alianza que ellos violaron y por lo cual los rechacé, dice el Señor.


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