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Job 33:6 - Biblia Martin Nieto

6 Mira, igual que tú soy ante Dios, también yo fui plasmado de la arcilla.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho; De barro fui yo también formado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Mira, tú y yo, ambos, pertenecemos a Dios; yo también fui formado del barro.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Mira, ante Dios soy igual que tú, también yo fui modelado de barro.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Heme aquí a mí en presencia de Dios, conforme a tu pedimento, Del barro fui yo también formado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 El soplo de Dios me hizo, me vivificó el aliento de Sadday.

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Job 33:6
15 Referans Kwoze  

El Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, le insufló en sus narices un hálito de vida y así el hombre llegó a ser un ser viviente.


Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado; porque polvo eres y en polvo te has de convertir'.


Jacob se irritó contra ella y dijo: '¿Soy yo acaso igual a Dios, que te ha negado la fecundidad?'.


Recuerda que me amasaste como arcilla, y que al polvo me has de devolver.


Vuestros argumentos son pruebas de ceniza, réplicas de barro vuestras réplicas.


Pero quiero hablar con el todopoderoso, quiero discutir con Dios.


En el colmo de su abundancia le alcanzará la angustia, toda clase de desgracias caerá sobre él.


¡Oh, si tuviese yo quien me escuchara! ¡Ésta es mi firma! ¡El todopoderoso me responda! El libelo que escribiese mi adversario


¡cuánto más en los habitantes de estas casas de arcilla, que apoyan sus cimientos en el polvo! Se les aplasta igual que a la polilla,


Él hablará por ti al pueblo; él será para ti la boca, y tú serás para él un dios.


Pero llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que aparezca claro que esta pujanza extraordinaria viene de Dios y no de nosotros.


Sabemos que si esta tienda en que habitamos en la tierra se destruye, tenemos otra casa, que es obra de Dios; una morada eterna en los cielos, no construida por mano de hombres.


Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortase por nosotros. En nombre de Cristo os rogamos: reconciliaos con Dios.


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