Job 13:15 - Biblia Martin Nieto

¹⁵ Él me puede matar; no tengo otra esperanza que defender en su presencia mi conducta.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹⁵ He aquí, aunque él me matare, en él esperaré; No obstante, defenderé delante de él mis caminos,

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁵ Dios podría matarme, pero es mi única esperanza; voy a presentar mi caso ante él.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁵ No importa que me quite la vida quiero defender en su presencia mi punto de vista.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁵ Aunque me mate, en Él esperaré, Con tal de defenderme ante Él,

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁵ Él puede matarme. Nada espero, sino defender ante él mi conducta.

Job 13:15 Referans Kwoze

Job 10:7

Sabes muy bien que yo no soy culpable y que nadie me puede salvar de tus manos.

Job 13:18

Mirad, voy a proceder a mi defensa, porque sé que estoy en mi derecho.

Job 13:3

Pero quiero hablar con el todopoderoso, quiero discutir con Dios.

Job 16:17

Y, sin embargo, no hay en mis manos injusticia y mi oración es pura.

Job 16:21

Defienda él el pleito entre un hombre y Dios como entre un mortal y otro mortal.

Job 23:10

Él, sin embargo, conoce mis caminos. Póngame a prueba; saldré como oro puro.

Job 27:5

Lejos de daros la razón, hasta la muerte mantendré mi inocencia.

Job 40:2

¿Aún disputará el censor con el todopoderoso? El que critica a Dios, ¿va a replicar?

Job 40:8

¿Es que quieres anular mi derecho? Para justificarte, ¿me vas a condenar?

Job 7:6

Mis días huyen más raudos que la lanzadera; se esfuman sin ninguna esperanza.

Salmos 23:4

aunque vaya por un valle tenebroso, no tengo miedo a nada, porque tú estás conmigo, tu voz y tu cayado me sostienen.

Proverbios 14:32

El injusto es arrastrado por su propia injusticia; pero el justo encuentra refugio en su justicia.

Jonás 2:1

El Señor hizo que un gran pez tragase a Jonás, y Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches.

Habacuc 3:18

Pero yo me alegraré en el Señor; me gozaré en Dios, mi salvador.

1 Juan 3:20

en que, si alguna vez nuestra conciencia nos acusa, Dios está por encima de nuestra conciencia y lo sabe todo.