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Isaías 42:14 - Biblia Martin Nieto

14 He estado en silencio por mucho tiempo, me he callado, me he contenido; ya gimo como mujer en parto, suspiro y jadeo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 Desde el siglo he callado, he guardado silencio, y me he detenido; daré voces como la que está de parto; asolaré y devoraré juntamente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Dirá: «He guardado silencio por mucho tiempo; sí, me he contenido. Pero ahora, como una mujer que da a luz, gritaré, gemiré y jadearé.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Hacía mucho tiempo que estaba en silencio, me callaba y aguantaba. Como mujer que da a luz me quejaba, me ahogaba y respiraba entrecortado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Ya ha mucho que he estado quieto, Me callaba, me aguantaba; Pero ahora, como la parturienta, Jadeo y a la vez resuello.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Estaba callado desde hace tiempo; guardaba silencio, me contenía. Como parturienta suspiro, resuello y resoplo a la vez.

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Isaías 42:14
16 Referans Kwoze  

Pues estoy lleno de palabras, un espíritu dentro me estimula.


Hablaré, pues, para desahogarme, abriré los labios y responderé.


Desde Sión, dechado de hermosura, Dios resplandece.


Tú haces todo esto, ¿y yo voy a callarme? ¿Es que te imaginas que yo soy como tú? Te denunciaré y te lo echaré en cara.


Pero el Señor espera la hora de otorgaros su gracia; por eso se levanta para apiadarse de vosotros, porque el Señor es un Dios de justicia; felices los que en él esperan.


¿De quién tienes miedo, a quién temes, para haber renegado así de mí, sin acordarte más de mí, ni llevarme en tu corazón? Yo me callaba, cerraba los ojos; por eso no temías.


He aquí lo que delante de mí tengo escrito: No he de callar hasta no haber pedido cuentas


Tú me has abandonado -dice el Señor-, me has vuelto la espalda, y yo he extendido mi mano contra ti para aniquilarte: ¡Ya estoy cansado de compadecerme!


Sí, oigo gritos como de mujer en parto, angustias como de primeriza. Son los gritos de la hija de Sión, que gime y alarga las manos. '¡Ay de mí, que voy a sucumbir bajo los golpes de los asesinos!'.


El Señor no podía soportar más la maldad de vuestras acciones y las monstruosidades que habéis cometido; por eso vuestro país ha quedado convertido en un desierto, objeto de horror y execración, sin ningún habitante, como sucede actualmente.


¿Y no hará Dios justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche? ¿Les va a hacer esperar?


Tened en cuenta que la paciencia de nuestro Señor es nuestra salvación, como ya os lo escribió nuestro queridísimo hermano Pablo, con la sabiduría que Dios le ha dado;


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