Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Isaías 35:2 - Biblia Martin Nieto

2 que dé flores como el narciso, que salte de alegría. Pues se le ha dado la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y de Sarón; y se verá la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Así es, habrá abundancia de flores, de cantos y de alegría. Los desiertos se pondrán tan verdes como los montes del Líbano, tan bellos como el monte Carmelo o la llanura de Sarón. Allí el Señor manifestará su gloria, el esplendor de nuestro Dios.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Que se llene de flores como junquillos, que salte y cante de contenta, pues le han regalado el esplendor del Líbano y el brillo del Carmelo y del Sarón. Ellos a su vez verán el esplendor de Yavé, todo el brillo de nuestro Dios.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

2 Florezca exuberante y desborde de júbilo, Alégrese y cante alabanzas! Porque le fue dada la gloria del Líbano,° La hermosura del Carmelo y de Sarón.° Sí, ellos verán la gloria de YHVH, La majestad de nuestro Dios.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Como el narciso ha de florecer; exultará, sí, exultará jubiloso. Le ha sido concedida la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Ellos verán la gloria de Yahveh, el esplendor de nuestro Dios.

Gade chapit la Kopi




Isaías 35:2
57 Referans Kwoze  

Alégrense árboles y selvas en presencia del Señor, que viene a juzgar la tierra.


al frente del ganado mayor que pastea en los valles, Safat, hijo de Adlay;


Vivían en Galaad, en Basán y regiones adyacentes y en los pastizales del Sarón hasta sus últimos confines.


Desde Sión, dechado de hermosura, Dios resplandece.


Habrá abundancia de trigo en el país, hasta en la cima de los montes ondearán las espigas como en el Líbano, florecerán como la hierba de los campos.


bendito sea su nombre glorioso para siempre, que toda la tierra se llene de su gloria. ¡Amén! ¡Amén!


Tuyo es el cielo, tuya también la tierra, tú formaste el mundo y todo lo que contiene;


Los cielos proclaman su justicia y todos los pueblos ven su gloria.


por la mañana veréis la gloria del Señor, porque él ha oído vuestras murmuraciones contra el Señor. ¿Qué somos nosotros para que murmuréis contra nosotros?'.


Él: Yo soy el narciso de Sarón, el lirio de los valles.


Tu cuello, una torre de marfil. Tus ojos, como las piscinas de Jesbón junto a las puertas de Bat-Rabín. Tu nariz, como la torre del Líbano, vigía que mira hacia Damasco.


Aquel día se dirá: Éste es nuestro Dios, de quien esperamos que nos salve; éste es el Señor, en quien esperamos. Alegrémonos, gocémonos, porque nos ha salvado.


En el futuro Jacob echará raíces, Israel florecerá y fructificará, y llenarán la faz de la tierra sus frutos.


Hasta que sobre nosotros se derrame el espíritu venido de lo alto: entonces el desierto se trocará en vergel y el vergel se cambiará en selva.


La tierra está de luto, languidece; avergonzado el Líbano, se amustia; el Sarón se parece a nuestra estepa, el Basán y el Carmelo están pelados.


Por él volverán los liberados del Señor, llegarán a Sión entre gritos de júbilo, una alegría eterna transformará su rostro; júbilo y alborozo les acompañarán, pena y llanto habrán huido.


La gloria del Señor se manifestará y todo mortal la verá, porque la boca del Señor ha hablado.


Sube a un monte alto, mensajero de albricias de Sión, haz resonar fuertemente tu voz, mensajero de albricias de Jerusalén. Hazla resonar sin miedo: di a las ciudades de Judá: ¡Aquí está vuestro Dios!


Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivares; en la estepa plantaré cipreses, olmos y terebintos juntamente,


Cielos, gritad de gozo; alégrate, tierra; montes, saltad de júbilo, pues el Señor ha consolado a su pueblo, se ha compadecido de los desgraciados.


Y se gritaban el uno al otro Santo, santo, santo, Señor todopoderoso; la tierra toda está llena de su gloria.


A ti vendrá la gloria del Líbano, con el ciprés, el olmo y el abeto para adornar el lugar de mi santuario y honrar el lugar donde resido.


Ya no será tu luz el sol durante el día, ni la claridad de la luna te alumbrará, pues el Señor será tu luz eterna, y tu Dios, tu esplendor.


Tu pueblo será un pueblo de justos, para siempre poseerás la tierra, renuevo de la plantación del Señor, obra de mis manos, hecha para resplandecer.


a dar a todos los afligidos de Sión una diadema en lugar de ceniza, perfume de alegría en lugar del vestido de luto, alabanza en lugar de espíritu abatido. Se les llamará encinas de justicia, plantación del Señor para su gloria.


Alegraos con Jerusalén, regocijaos por ella todos los que su duelo soportáis,


Cuando veáis esto, vuestro corazón se alegrará y vuestros huesos reverdecerán como la hierba. Sí, la mano del Señor se dará a conocer a sus siervos y su cólera a sus enemigos.


Yo los curaré de su apostasía, los amaré de todo corazón, pues mi ira se ha apartado ya de ellos.


Pues la tierra se llenará del conocimiento de la gloria del Señor como las aguas llenan el mar.


Efraín será como un héroe, se alegrará su corazón como por el vino; sus hijos, al verlos, se llenarán de alegría, y su corazón se regocijará en el Señor.


Isaías dijo esto porque vio su gloria y habló de él.


Padre, yo quiero que también los que me has confiado estén conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria, que me has dado, porque antes de la creación del mundo ya me amabas.


Todos los habitantes de Lida y Sarón lo vieron y se convirtieron al Señor.


Y ¿cómo predicarán si no son enviados? Como dice la Escritura: ¡Bienvenidos los que traen buenas noticias!


Y en otro lugar: Alegraos, naciones, con el pueblo de Dios.


Y todos nosotros, con la cara descubierta, reflejando como en un espejo la gloria del Señor, nos transformamos en su misma imagen, resultando siempre más gloriosos, bajo el influjo del Espíritu del Señor.


Pues el mismo Dios, que dijo: Brille la luz de entre las tinieblas,


Alammélec, Amad y Misal; su frontera por el oeste tocaba el Carmelo y el río Libnat;


La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que la iluminen, porque la gloria de Dios la ilumina, y su lámpara es el cordero.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite