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Isaías 30:26 - Biblia Martin Nieto

26 Entonces la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces más fuerte, como la luz de siete días, el día en que el Señor vende la herida de su pueblo y cure la llaga de sus golpes.

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Biblia Reina Valera 1960

26 Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que vendare Jehová la herida de su pueblo, y curare la llaga que él causó.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 La luna será tan resplandeciente como el sol, y el sol brillará siete veces más, como la luz de siete días en uno solo. Así será cuando el Señor comience a sanar a su pueblo y a curar las heridas que le hizo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Entonces la luna alumbrará como el sol, y la luz del sol será siete veces más fuerte el día en que Yavé vende la herida de su pueblo y le haga una curación a las magulladuras de sus golpes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 La luz de la Cándida será como la del Ardiente, y la luz del Ardiente será siete veces más intensa, como la luz de siete días, cuando YHVH ponga vendas a la fractura de su pueblo, y cure la llaga que Él le causó.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Y será la luz de la blanquecina como la luz del ardoroso. Y la luz del ardoroso será siete veces mayor, como la luz de siete días, el día en que vende Yahveh la fractura de su pueblo y cure la llaga de su herida.

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Isaías 30:26
25 Referans Kwoze  

Porque él hiere y después sana la herida; llaga, y su misma mano cura.


No harán ya mal, ni causarán más daño en todo mi monte santo, porque el país estará lleno del conocimiento del Señor, como las aguas llenan el mar.


El Señor herirá a Egipto, pero para sanarlo luego; ellos se convertirán al Señor, que los acogerá y los curará.


La luna enrojecerá, se avergonzará el sol; porque el Señor omnipotente reinará en el monte Sión, en Jerusalén, y ante sus ancianos brillará su gloria.


por eso este pecado será para vosotros como brecha ruinosa que se abre en elevado muro, el cual en un momento, de repente, se desploma


y se hace pedazos como un jarro de alfarero estrellado sin piedad: entre sus trozos no se encuentra ni un cascote para coger fuego del fogón o sacar agua de la cisterna.


No habrá habitante que diga: 'Estoy enfermo'; y el pueblo que vive en Jerusalén será perdonado de sus culpas.


Yo he visto sus caminos, pero le curaré y le aliviaré; le colmaré de consuelos a él y a los que lloran;


Entonces surgirá tu luz como la aurora y tus heridas curarán en seguida; tu justicia marchará ante ti y tras de ti la gloria del Señor.


El espíritu del Señor Dios está en mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado a llevar la buena nueva a los pobres, a curar los corazones oprimidos, a anunciar la libertad a los cautivos, la liberación a los presos;


Sí, yo te devolveré la salud, yo curaré tus heridas -dice el Señor-, porque te han llamado la Abandonada, Sión, de quien nadie se cuida.


¿A quién te compararé? ¿A quién te haré semejante, oh hija de Jerusalén? ¿Quién te podrá salvar y confortar, oh virgen, hija de Sión? Grande como el mar es tu ruina, ¿quién te podrá curar?


Venid, volvamos al Señor: él ha desgarrado, él nos curará; él ha herido, él nos vendará.


En dos días nos dará la vida, al tercero nos levantará y en su presencia viviremos.


En aquel día levantaré la choza caída de David, repararé sus brechas, reedificaré sus ruinas y la reconstruiré como en otros tiempos,


En aquel día el Señor manifestará su protección a los habitantes de Jerusalén, y ocurrirá que los que se tambalean de entre ellos serán como David, y la casa de David será como Dios, como un ángel del Señor a su vista.


Será un día único, solamente conocido por el Señor, sin cambio de día y noche, pues al tiempo de la noche habrá luz.


Ved ahora que soy yo, / que soy el único, / y que no hay Dios alguno más que yo. / Soy yo el dueño de la muerte y de la vida. / Yo hiero y yo curo. No hay nadie que se libre de mi mano.


La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que la iluminen, porque la gloria de Dios la ilumina, y su lámpara es el cordero.


No habrá ya noche, no tendrán ya necesidad de la luz de una lámpara ni de la del sol, porque el Señor Dios los alumbrará, y reinarán por los siglos de los siglos.


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