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Ezequiel 48:14 - Biblia Martin Nieto

14 No podrán vender, ni cambiar, ni ceder nada de esta parte mejor del país, porque está consagrada al Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

14 No venderán nada de ello, ni lo permutarán, ni traspasarán las primicias de la tierra; porque es cosa consagrada a Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Ninguna parte de esa tierra especial podrá venderse ni será canjeada ni usada por otras personas, pues pertenece al Señor; es tierra consagrada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 No podrán vender ni cambiar esta tierra, ni podrán cedérsela a otro, porque está consagrada a Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 No venderán nada de ello, ni lo permutarán, ni traspasarán las primicias de la tierra; porque es cosa consagrada a YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 'No podrán venderla. Nadie podrá permutar o enajenar la porción más selecta del país, porque está consagrada a Yahveh'.

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Ezequiel 48:14
12 Referans Kwoze  

Harás lo mismo con el primogénito de tus vacas y de tus ovejas. Siete días permanecerá con su madre, y al octavo me lo darás.


Llevarás a la casa del Señor, tu Dios, las primicias de los frutos de tu tierra. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.


Así les corresponderá una porción tomada sobre la parte santísima del país, junto al territorio de los levitas.


Los levitas tendrán, como el territorio de los sacerdotes, una parte de doce kilómetros y medio de longitud por cinco de anchura. En total tendrán en su territorio una longitud de doce kilómetros y medio por una anchura de diez.


El sacerdote los ofrecerá con el rito de presentación delante del Señor, junto con el pan de las primicias. Los panes y los dos corderos son cosas consagradas al Señor y pertenecen al sacerdote.


En cuanto a las ciudades de los levitas y las casas que éstos poseen en ellas, conservan siempre el derecho de rescate.


Igualmente los campos anejos a sus ciudades no podrán ser vendidos, porque son propiedad suya a perpetuidad.


Ninguna cosa de su propiedad -hombres, animales o campos de propiedad hereditaria- que uno consagre al Señor podrá ser vendida o rescatada. Lo que se consagra al Señor es cosa santísima y pertenece al Señor.


No sólo ella, sino también nosotros, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción filial, la redención de nuestro cuerpo.


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