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Ezequiel 40:5 - Biblia Martin Nieto

5 Yo vi un muro exterior, que rodeaba el templo por todas partes. La vara de medir que el personaje tenía en sus manos era de tres metros. Luego midió el muro, y tenía una vara de ancho y otra de alto.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Y he aquí un muro fuera de la casa; y la caña de medir que aquel varón tenía en la mano era de seis codos de a codo y palmo menor; y midió el espesor del muro, de una caña, y la altura, de otra caña.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Pude ver un muro que rodeaba por completo la zona del templo. El hombre tomó una vara que medía tres metros con veinte centímetros de largo y midió el muro, y el muro tenía tres metros con veinte centímetros de espesor y tres metros con veinte centímetros de alto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Un muro, alrededor de toda la Casa, la separaba del exterior. El hombre tenía en la mano una vara para medir que llegaba a los seis codos de largo. Midió esa construcción: una vara de espesor y otra de alto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 He aquí un muro alrededor por fuera de la Casa, y en la mano del varón había una caña de medir de seis codos antiguos;° y midió el espesor del muro: una caña, y su altura: una caña.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Había, por la parte exterior, un muro todo alrededor del área del templo. El hombre tenía en la mano una caña de medir de seis codos (cada codo tiene de longitud codo y palmo). Midió el espesor del muro: una caña; y la altura: también una caña.

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Ezequiel 40:5
10 Referans Kwoze  

Jerusalén está rodeada de montes; así rodea el Señor a su pueblo desde ahora y por siempre.


Aquel día se cantará este cántico en la tierra de Judá: Tenemos una ciudad fortificada; él ha puesto para protegernos murallas y defensas.


No se oirá hablar más de violencia en tu país, ni de opresión y ruina en tus confines; a tus muros llamarás salvación, a tus puertas alabanza.


Observé que el templo estribaba alrededor sobre un basamento sobreelevado. Era la base de las salas laterales, que medía tres metros.


Cuando acabó de medir el interior del templo, me sacó fuera hacia el pórtico este y midió el atrio todo en torno.


Midió, por fin, el muro que lo cercaba todo alrededor: doscientos cincuenta metros de largo por doscientos cincuenta metros de ancho; servía para separar el lugar sagrado del profano.


Éstas son las medidas del altar. La base, de medio metro de alta por medio de ancha. El bordillo, de veinticinco centímetros. Así la base del altar.


Entonces levanté mis ojos y tuve una visión. Vi a un hombre que tenía en su mano una cinta de medir.


Og, rey de Basán, era el último sobreviviente de los refaítas: su cama era de hierro, y medía cuatro metros y medio de largo por dos de ancho, como puede verse todavía en Rabat de los amonitas)'.


Tenía un muro grande y alto con doce puertas; sobre las puertas, doce ángeles y nombres escritos, los de las doce tribus de Israel.


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